APOYEMOS A CARMEN ARISTEGUI
En toda sociedad fundada en la explotación de la mayoría por una minoría dueña de los medios de producción, la información y el conocimiento son poderosas armas en manos de quienes las controlan.
En México casi todos los medios de comunicación e información son propiedad privada de la oligarquía que dirige el país valiéndose del aparato estatal y el gobierno. La información de lo que ocurre en el país y el mundo es controlada y distorsionada por las agencias informativas (casi todas norteamericanas) que emiten por televisión, radio, prensa impresa e Internet mentiras para llevar a cabo la manipulación de masas que mejor convenga a sus intereses.
Por ejemplo en los noticiarios de MVS, XEW, Radio Red, Formato 21, TV Azteca, etc. desde hace años desarrollan una campaña contra los profesores de educación básica que resisten la reforma educativa neoliberal y privatizante. Los Ciro Gómez Leyva (El Universal) Loret de Mola (XEW), López Dóriga (Televisa) , Luis Cardenas (MVS), Lolita Ayala (Televisa) Javier Alatorre (TV Azteca) y demás cabezas parlantes los llaman vándalos, delincuentes, perezosos, etc. A los estudiantes y obreros que se manifiestan exigiendo democracia sindical, aumento de salarios o mejor educación los catalogan de seudoestudiantes, perezosos, irresponsables.
Periódicos como La Prensa, La Razón, Reforma, Milenio, etc., a todo el que defiende los intereses populares y recursos naturales frente a las grandes corporaciones capitalistas extranjeras o “mexicanas” se les acusa de desestabilizadores, terroristas, y demás términos que los convierten a ojos de los lectores, escuchas y televidentes en terribles criminales.
A los banqueros parásitos y ladrones, capitalistas explotadores y políticos corruptos, los llaman la clase dirigente, emprendedores, y los pintan como verdaderos héroes y benefactores de la humanidad. Nos dan una visión falsa, invertida, de la realidad para confundir y manipular al pueblo a su antojo.
Y cuando desde una de esas radiodifusoras o periódicos alguien se atreve a informar de los robos que cometen contra el erario público los gobernantes, del derroche y lujo en que viven mientras la mayoría de los mexicanos padece de miseria, de inmediato la pandilla que gobierna al país busca suprimirlo. Ejemplo de esto son las decenas de periodistas asesinados en los años recientes, porque se atrevieron a denunciar la corrupción de gobernadores, el contubernio de policías y delincuentes, etc.
Los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado, como la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, aparecen en la nota roja de la mayoría de la prensa impresa o de comentarios frívolos en los noticiarios para los cuales los mexicanos tendríamos que acostumbrarnos a estos acontecimientos, a “superarlos” y aceptar la “verdad histórica” de polizontes corruptos que encabezan la PGR.
Este crimen, junto a la masacre cometida por el ejército en Tlatlaya, estado de México, o los escandalosos asuntos de la Casa Blanca que virtualmente le fue obsequiada a la primera dama por el Grupo Higa a cambio del contrato para construir el ahora frustrado proyecto de un tren bala que iría del DF a Querétaro; o la red de prostitución del jefe del PRI en el DF, fueron investigados y dados a conocer por la periodista Carmen Aristegui y su equipo en el noticiero transmitido por MVS, cumpliendo con su deber de informar a los mexicanos de asuntos que nos incumben a todos, poniendo al descubierto la tremenda corrupción y el carácter autoritario del régimen de Enrique Peña Nieto y de todos los partidos que conforman el entramado gubernamental mexicano.
Por ello los dueños de MVS, concesionarios de una frecuencia radiofónica que en rigor es propiedad del pueblo mexicano, la han reprimido, despidiéndola de su empleo. Pero tal injusticia ha provocado un amplio repudio y movimiento de solidaridad con Carmen Aristegui, quien sin duda es víctima de una venganza ordenada desde Los Pinos por atreverse a indagar y sacar a la luz pública algunos de los secretos de las cloacas del régimen.
La represión gubernamental a esta valiente reportera está demostrando que el el gobierno de Peña Nieto no puede tolerar el periodismo que simplemente cumple con el deber de informar con veracidad. La clausura del noticiero de Aristegui es un golpe a las pocas libertades democráticas de los mexicanos. Por ello debemos exigir que se le reinstale en su noticiario. Su despido fue injustificado, eso lo sabe cualquier abogado laborista, porque los dueños de MVS actuaron arbitrariamente violando el contrato que mantenían con Aristegui. Llegando al absurdo de elaborar un nuevo reglamento para someter a un control fascistoide la actividad de todos los reporteros de esa empresa.
Exijamos respeto a la libertad de expresión ejerciéndola también con nuestros propios medios, sin depender del capricho del gobierno. Para ello debemos ser conscientes de que en la guerra que hoy libra la burguesía y su Estado contra el pueblo mexicano, los trabajadores, campesinos, indígenas y estudiantes, debemos crear nuestros propios medios de comunicación escritos, radiofónicos y en el Internet, para difundir nuestra concepción del mundo, para organizarnos y luchar por un cambio revolucionario en México./ Tomás Oropeza B.
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