lunes, junio 21, 2010


HUELGA EN EL CUBO

Tomás Oropeza Berumen

En México hace mucho que dejó de haber justicia. Pero por si hiciera falta demostrarlo, ahí está la resolución del llamado máximo tribunal del país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante el caso de la Guardería ABC, negándose a señalar culpables por la muerte de 49 niños en Hermosillo, Sonora, hace poco más de un año.
En breve veremos repetirse una conducta parecida, con los casos de los 12 presos políticos de San Salvador Atenco encarcelados en los penales del Altiplano y Molino de Flores por el delito de secuestro equiparado, creado para criminalizar a luchadores sociales que retengan a algún funcionario con fines de presionar al gobierno para lograr la satisfacción de una reivindicación social.
Respecto al amparo solicitado por el Sindicato Mexicano de Electricistas contra el decreto de liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), los magistrados se toman su tiempo, en espera de que el movimiento de los electricistas muera literalmente de inanición, pues ya casi han transcurrido dos meses desde que 83 trabajadores se instalaron en el zócalo ejerciendo esa forma de presión sin ver una reacción de quienes tendrían la solución en sus manos. Poco les importa la vida de quienes a pesar del riesgo que corren, continúan muriendo de hambre día a día, como es el caso del ingeniero electricista y maestro del IPN, Cayetano Cabrera Esteva, con 58 días de ayuno.
Después de la cínica decisión de la SCJN con la que protege a los responsables de lo sucedido en la guardería subrogada por el IMSS a familiares de la primera dama, los electricistas han declarado que se están preparando para otras formas de lucha.
Y no es para menos, luego de contemplar lo que el gobierno mafioso de Calderón les hizo a los mineros de Cananea y a los deudos de Pasta de Conchos, es claro que las luchas sociales nada pueden esperar de las instancias encargadas de administrar la justicia.
Ahora toca el turno a la movilización de masas pero con mayor energía que la aplicada hasta hoy. Al estilo de las movilizaciones y protestas que los pueblos de Bolivia, Argentina y Ecuador llevaron a cabo no hace mucho logrando, incluso, el derrocamiento de gobernantes de triste memoria.
El Cubo es tal vez el primer síntoma de que algo está cambiando en la conciencia del proletariado mexicano. En la mina así llamada los mineros de la sección 142 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos de la República Mexicana (SNTMMRM) en huelga desde hace 15 días, impidieron al personal de seguridad de la canadiense Gammon Gold extraer máquinas y herramientas de las instalaciones del socavón ubicado en las cercanías de Guanajuato, Guanajuato.
La empresa que tiene concesionada esa mina de oro y plata despidió a 397 trabajadores sindicalizados que reclaman el pago de las utilidades correspondientes a once años y está o desplegando una intensa campaña para que el gobierno guanajuatense encabezado por el panista Juan Manuel Olvera reprima el movimiento.
En un desplegado la minera Gammon Gold con sede en Toronto, Canadá, acusa a los mineros de falta de probidad y reclama cárcel para los dirigentes sindicales. Los patrones canadienses utilizan el lenguaje de siempre para combatir a los trabajadores insumisos.
Pero lo novedoso es que los trabajadores están comenzando a tomar conciencia de que para enfrentarse a patrones trasnacionales es necesario organizarse internacionalmente y por ello el Sindicato minero mexicano y la United Steelworkers (USW) de USA y Canadá, constituirán un sindicato global que representará a más de un millón y medio de trabajadores de esos países y el Caribe.
La semana pasada los electricistas del SME recibieron una muestra de la solidaridad de sus colegas gringos y canadienses y en Sudáfrica el mundial de futbol fue el marco para que proletarios de aquél país denunciaran al régimen fascista de Calderón expresando su apoyo con los trabajadores mexicanos.
Así, tenemos hoy el nacimiento de la conciencia de que la lucha social deberá ser internacional y de hecho, al margen de las leyes que el aparato de justicia en poder de jueces venales y mafiosos ha torcido en provecho exclusivo del capital.