lunes, enero 17, 2011


BASTA DE SANGRE, A MOVILIZARSE CONTRA EL GOBIERNO DE CALDERON

Tomás Oropeza

16.01.2011.- El año 2011 ha comenzado con una oleada inflacionaria y de violencia criminal y gubernamental que al parecer superará la del año pasado, cuando según datos del gobierno panista perecieron en la narcoguerra más de 12 mil 500 personas.

Desde diciembre del 2006, cuando Felipe Calderón declaró el inicio de su guerra contra el narcotráfico, hasta diciembre del 2010 habían caído más de 36 mil supuestos delincuentes, principalmente jóvenes, en los enfrentamientos entre las bandas criminales y de estas con las corporaciones policíacas y el ejército.

El año pasado en el estado de Chihuahua ocurrieron 5 mil 212 asesinatos, de los que 442 fueron contra mujeres. Allá terminó el 2010 con la ejecución frente a la puerta del Palacio de Gobierno, de Marisela Escobedo Ortiz, una madre de familia que reclamaba la aplicación de la justicia contra el asesino de su hija Rubi Marisol Freire.

Y el 2011 comenzó con la muerte violenta de Susana Chávez, 36 años, luchadora social y poetisa, cuyo cuerpo fue encontrado el 6 de enero en una calle de la militarizada CD. Juárez, Chihuahua, con la mano izquierda mutilada. De inmediato el fiscal del estado, Carlos Manuel Salas, minimizó el hecho, sin que mediara una investigación sobre los autores del crimen, tres menores de edad.

En Acapulco, Guerrero, el año comenzó con 27 ejecutados, de los cuales 15 fueron decapitados. Y en los 16 días que lleva el año ya son tres los alcaldes ejecutados por el narcotráfico: Abraham Ortiz Rosales, en Temoac, Morelos; Saúl Vara Rivera, de Zaragoza, Coahuila y Luis Jiménez Mata, en Santiago Amoltepec, Oaxaca. Desde 2008 el número de presidentes municipales victimados por las bandas delincuenciales suman 21.

Y de acuerdo con el Ejecutómetro del Diario Reforma en los primeros 14 días del año murieron por causas imputables a la narcoguerra 507 personas, 18 por ciento más que en el mismo lapso de 2010.

A pesar de que la violencia está creciendo, igual que el consumo de las drogas en el país, el presidente de facto Felipe Calderón, sigue sosteniendo que no variará su estrategia. Porque según él los carteles de la droga están “más debilitados que nunca”

En su agenda pública el gobierno de ultraderecha panista pretende erradicar las manifestaciones de un fenómeno cuyas causas se encuentran en la miseria del pueblo mexicano, carencia de empleos, de educación, bajos salarios, etc., solo con la persecución de las corruptas corporaciones policíacas y castrenses que nunca tocan el poder financiero de los carteles del hampa.

Pero en su agenda oculta, en la verdadera, el grupo de Felipe Calderón esta cumpliendo con los compromisos adquiridos con grupos de la ultraderecha de Estados Unidos para desmantelar al Estado mexicano y destruir el tejido social del país con la militarización y el accionar de las bandas criminales, sometiendo a la sociedad mexicana al terror para impedir su organización.

Pese a ello la parálisis que ha provocado el miedo en la sociedad ya comienza a ser superado por algunos sectores sociales. Como en Chihuahua, donde desde hace 26 semanas el grupo de activistas de la revista La Gota y Doble Resistencia llevan a cabo cada viernes una Kaminata kontra la muerte por las calles de la ciudad bajo el lema: “La indiferencia engendra violencia”

También el llamado de Eduardo del Río, Rius, creador de los Supermachos y Los agachados y del periodista Julio Scherer, fundador del semanario Proceso, así como otros famosos caricaturistas entre los que destacan los del diario La Jornada ( Fisgón, Hernández, Helguera, Rocha) a participar en la campaña ¡No más sangre! para aglutinar a quienes no están de acuerdo en que el país siga siendo el escenario de una guerra criminal con el pretexto de combatir al “crimen organizado”, esta comenzando a romper la parálisis que el miedo ha generado en las mentes de millones de mexicanos gracias a la campaña de la prensa y los medios electrónicos al servicio del panismo en el poder.
No más sangre y las Caminatas contra la muerte, pretenden generar la reflexión sobre la situación del país, sobre las causas verdaderas de la sangrienta campaña de Calderón dizque para combatir a puro balazo la delincuencia.

Esto ocurre en el contexto de una economía deprimida donde todos los precios están subiendo, menos el de la fuerza de trabajo (salario), cuyo mínimo es de 59 pesos diarios, mientras el de la canasta básica esta muy por encima de esa cifra.

Los incrementos mensuales de los combustibles: gasolinas, diessel, gas, electricidad. Y de los servicios del sector público e impuestos como el agua, tarifas del transporte público, impuesto predial, etc., generan una cascada de incrementos en los precios de bienes y servicio del sector privado a pesar de que los economistas gubernamentales lo nieguen.
El aumento del precio del kilogramo de la tortilla, pan, pollo, carne de res, frutas y verduras, fríjol, huevo y pollo es una realidad que conoce cualquier ama de casa.

Hoy urge organizarse para luchar no solo para detener el baño de sangre que sufre el país. También hay que lograr la renuncia de los responsables de la situación actual, comenzando por Felipe Calderón y su gabinete.