
15 DE MAYO
Para casi todos los profesores de los diversos niveles educativos el presente y su futuro pintan mal en este 15 de mayo del 2007.
Algo similar ocurre con los docentes de la UNAM, con la diferencia de que al menos los profesores de la SEP se hallan en pie de lucha demandando la derogación de la ley impuesta por Fecal y Gordillo a más de 2 millones y medio de afiliados al ISSTE. Además los mentores de la SEP agrupados en la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE) han repudiado el citado incremento salarial y anuncian a partir de este 15 de mayo próximas acciones para lograr un aumento remunerador.
Sin temor a equivocarse podría decirse que este contingente de trabajadores organizados nacionalmente constituye hoy por hoy el motor del movimiento que se opone a las reformas estructurales ya anunciadas por Felipe Calderón.
En la UNAM los académicos no contamos realmente con una organización que defienda nuestros intereses.
Las AAPAUNAM por ejemplo no han informado a sus afiliados sobre los negativos efectos de la reforma a la ley del ISSTE y por el contrario hasta hacen su apología. Igual en lo que toca a la revisión salarial: invariablemente aceptan las limosnas que dispone la patronal.
El caso de STUNAM es desastroso, pues a pesar de los millones de pesos que aportan los académicos por concepto de cuotas, son menos que convidados de piedra en su seno y sus intereses particulares, como sector específico, ignorados.
Y aunque todos estamos orgullosos de que la UNAM ocupe el primer lugar entre las universidades de Ibero América, gracias al trabajo que en ella desarrollamos todos, no se puede negar que los salarios de miles de profesores de asignatura (el 75% del total de los académicos) sean de apenas 56 pesos por hora.
Así, los cambios a los planes y programas de estudio en las diversas facultades se esta realizando sin la participación de estudiantes y mentores. Como es el caso de la Facultad de Economía donde contra toda lógica se aprobó para el SUA un plan de estudios diferente al del sistema escolarizado, que por cierto elimina casi en su totalidad las asignaturas incómodas a los neoliberales: Crítica de la Economía Política y la enseñanza de la investigación.