sábado, octubre 04, 2014



¿PORQUÉ LUCHAN LOS ESTUDIANTES DEL POLI?

Tomás Oropeza Berumen



La súbita rebelión de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que desde el viernes 26 de septiembre mantiene paralizada y en vilo esa institución de educación superior, trasciende por su importancia el pliego petitorio que enarbolan los miles de chav@s que el martes (29 de septiembre) y el viernes (3 de octubre) obligaron al secretario de Gobernación a salir de su oficina en el Palacio de Covián, atenderlos en la calle, recibir su pliego de demandas y resolver a medias parte de estas en menos de tres días.

La suspensión del reglamento, del plan de estudios y la renuncia de la Directora del Politécnico, son un triunfo significativo, pero insuficiente, porque siguen pendientes otras reivindicaciones, como por ejemplo la democratización de ese centro educativo, cuya forma de gobierno es tan antidemocrática como en la UNAM.

Y para dar una muestra de lo que es la democracia verdadera, el documento que Chong les entregó con la respuesta del gobierno, será analizada en la asamblea general y está dará la respuesta del caso.

La lucha estudiantil del poli contra la pretensión de rebajar el nivel de los conocimientos de los planes y programas de estudio actuales, para hacer de esa institución una fábrica de mano de obra barata se opone a la desvalorización de la fuerza de trabajo de sus egresados a quienes la ahora exdirectora, siguiendo la política educativa del neoliberalismo intentó imponerles títulos de técnicos y ya no de ingenieros, médicos o licenciados en sus respectivas profesiones y de este modo crear las condiciones para que los empresarios les paguen menos. Es claro que con esta burda maniobra se intentó mermar por decreto, los salarios de decenas de miles de jóvenes.

Y también se oponen a la rebaja en la calidad educativa, porque se niegan a ser simples manipuladores del Know How (saber hacer) es decir a aplicar la ciencia que se hace en otros países para resolver los problemas de la producción capitalista de las corporaciones. Quieren una ciencia propia, construida en función de los intereses del pueblo mexicano.

Al expresar en sus pancartas NO SOMOS MANO DE OBRA BARATA, los chav@s manifiestan que están conscientes de que pertenecen a la clase que carece de medios de producción y se están rebelando contra la política neoliberal de Peña Nieto de hacer de México un paraíso para las corporaciones transnacionales proveedor de fuerza de trabajo y materias primas baratas.

Los muchachos del Poli están dando un ejemplo al pueblo mexicano, como en 1999 lo dieron los de la UNAM al oponerse al Plan Barnés fundado en los dictados del FMI y del BM y levantarse con un movimiento masivo y democrático. Hoy la situación del país es mucho peor y en los 14 años transcurridos la miseria, el desempleo y la violencia delincuencial se han elevado exponencialmente, demostrando hasta a los más ingenuos que los capitalistas y su gobierno no pueden resolver los grandes problemas en que han hundido a millones de mexicanos.

Cuando plantean la recuperación de la orientación nacionalista y popular del cardenismo en el IPN, están expresando el deseo del pueblo mexicano por recuperar un proyecto de nación donde prevalezca el interés de la mayoría y no el de los ricachones. Y de esta manera contradicen el entreguismo de Peña Nieto y los partidos paleros que firmaron el Pacto por México. Pero van más allá del cardenismo (de Lázaro Cárdenas) porque no le creen ni media palabra al gobierno ni al PRD y dejan a sus asambleas la toma de decisiones y se niegan a entablar negociaciones en lo obscurito y a espaldas del estudiantado en lucha. Cosa que deberíamos aprender los trabajadores de la UNAM, donde un puñado de charros y de burócratas deciden todo.

Por esto todos debemos apoyar la lucha de los estudiantes del Poli, organizando en nuestros centros de estudios y trabajo comités de apoyo, discutiendo los problemas que nos agobian y echándole montón para fortalecer la lucha contra un régimen que masacra y desaparece estudiantes normalistas en el estado de Guerrero.




















 

RAÚL ÁLVAREZ GARÍN
 
Fue un luchador social que nunca se rindió ante el poder, y su ejemplo echó raíces, como lo estamos viendo estos días.

Quien en 1968 fuera dirigente de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y del Consejo Nacional de Huelga falleció mientras en las calles se manifestaban miles de jóvenes contra las reformas académicas que la burocracia encabezada por su directora general Yoloxóchit Bustamante pretende aplicar.

Con la toma de varias escuelas, paros, manifestaciones y la creciente simpatía popular los estudiantes, han logrado la postergación de la aplicación del nuevo reglamento. Pero no están conformes con ello y han anunciado que continuarán en su empeño hasta lograr que se derogue para comenzar desde cero la elaboración de un nuevo reglamento construido por maestros y estudiantes y a tono con el espíritu de su casa de estudios fundada por el presidente Lázaro Cárdenas.

Al mismo tiempo, en Iguala, Guerrero, policías federales y municipales asesinaron a cinco estudiantes normalistas e hirieron a decenas de jóvenes obedeciendo una orden demencial del presidente municipal.

El compañero Raúl Álvarez Garín, en cuyas exequias su féretro estuvo cubierto por las banderas mexicana; del Comité 68, y la roja, con la hoz y el martillo, será un ejemplo para la generación que hoy comienza una nueva etapa en la lucha contra el autoritarismo de los descendientes de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. Y también para quienes tomamos cabal conciencia del país en que vivimos el 68 y el 10 de junio de 1971 y desde entonces luchamos por un cambio radical del país.
 

Carta publicada en el diario La Jornada el lunes 29.09.014