martes, marzo 03, 2009


LA CRISIS, UNA OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR EL MUNDO


Tomás Oropeza Berumen

México, 01.03.2009.- Al parecer el gobierno de Estados Unidos sí ha comprendido la gravedad de la crisis económica que tiene paralizada la economía mundial. Por ello todas las mañanas al presidente Barack Obama sus servicios de inteligencia le entregan un sobre con las observaciones que sus extensas y omnipresentes redes de espías han recogido sobre los efectos que esta produciendo la debacle económica en el mundo.

La destitución del presidente de Islandia, las revueltas de Grecia y movilizaciones obreras en Rusia, España, Italia, Gran Bretaña, Bulgaria y Lituania son cosa seria. Pero en el tenso patio trasero latinoamericano las cosas están peor y escapando al control de los gringos desde hace varios años.

En Bolivia se acaba de aprobar una Constitución Socialista y el presidente Evo Morales cuenta con un amplio apoyo de masas. Igual en Venezuela, el presidente Hugo Chávez acaba de ganar el referendo que le permitirá, a él y a todos los que ocupan un cargo de elección, reelegirse por indeterminado número de veces. Y ese triunfo (que podría convertirse en derrota popular a la larga) es también un apoyo a su polémico proyecto para construir el Socialismo del Siglo 21.
En Ecuador, el presidente Rafael Correa, también busca un camino distinto al del FMI. Y en Colombia las FARC siguen siendo la principal fuerza político militar, pese a la leyenda negra que se ha construido en su entorno.
En Cuba socialista, la relativa ausencia de Fidel Castro, no ha provocado una caída del régimen ni cosa parecida. Por el momento no se vislumbra que vayan a ocurrir cambios en la orientación política de la Isla.
Nicaragua, tiene ahora en el gobierno a Daniel Ortega, que si bien se alejó del sandinismo revolucionario que derrocó con una guerra popular al dictador Anastasio Somoza,y se corrompió, alguna cercanía tiene con los gobiernos de la izquierda del Cono Sur.
En Estados Unidos también están cambiando algunas cosas. La llegada de Obama, un afroamericano, a la Casa Blanca, que dentro de un año desmantelará la prisión de Guantánamo, retirará las tropas de Irak y ha dicho que sustituirá el militarismo por la diplomacia y la negociación en sus relaciones con el mundo, es un discurso novedoso. Pero más novedoso es que en su plan de reactivación económica esté nacionalizando parcialmente la banca y fijando límites a las ambiciones de los banqueros. Para salvar al capitalismo, claro.

Es casi seguro que estas medidas de política económica tienen que ver con la presión social que el desempleo de casi el 8% entre los norteamericanos y cercano al 10 % entre los emigrantes, esta generando al interior del país más rico del planeta.
Los espías gringos tienen más claro que muchos economistas el papel fundamental de la economía en el dominio imperialista. Por eso en el Joint Operating Environment (JOE) realizado por el Comando de las Fuerzas Conjuntas de USA, se asienta que un componente central del dominio militar planetario de EU es “su poder económico masivo”.

A mayor poderío económico, mayor poder militar para someter a otros países. La relación contraria también es verdad.
La miseria creciente que esta generando aceleradamente la crisis en la región es preocupante porque seguramente habrá de provocar un fortalecimiento de alternativas populistas y keynesianas nacionalistas, funcionales dentro del sistema capitalista pero perjudiciales a algunos sectores del capital y el dominio imperial norteamericano.
Además de lo anterior y/o paralelamente con ello, podrían ganar terreno organizaciones y movimientos anticapitalistas, que busquen impulsar posiciones revolucionarias y la toma del poder. Como sucedió en los años posteriores al triunfo de la revolución cubana.
Para tranquilidad de los gringos y clases dominantes en México eso no se ve en el futuro inmediato porque hoy la que se dice izquierda anticapitalista ha renunciado a la lucha por el poder, situándose en una posición premarxista, bersteiniana donde lo único que importa es el movimiento mismo.

Otra amenaza a la estabilidad de los aliados de Estados Unidos, y particularmente en el caso de México, es la descomposición social que el expansivo fenómeno del narcotráfico ha traído consigo debido al terreno abonado que los gobiernos del PRI y del PAN les dejaron en tres décadas de aplicar los dictados del FMI y BM.

Desde hace varias semanas que en EU se habla de que en México se vive una crisis económica, política y social. Y también militar y policíaca. Que el gobierno de Felipe Calderón no tiene capacidad para gobernar y que el Estado esta fallando en el cumplimiento de sus tareas. La reunión del Gabinete de Seguridad en la fronteriza CD. Juárez, a pocas horas de que un comando atentara contra el gobernador Reyes Baeza y la decisión de elevar el número de soldados que patrullarán esa plaza a 7 mil, hasta hoy no han amedrentado a los delincuentes que en respuesta han cometido cerca de 40 asesinatos en tan solo tres días. El intelectual salinista Héctor Aguilar Camín, hace unos días clamaba por el establecimiento del estado de excepción en CD. Juárez. Que se suspendan las garantías individuales y se limpie la ciudad, exigía en el noticiario Hoy por hoy.

Ni Calderón ni el autor de La guerra de Galio entiende que un problema social, que tiene sus raíces en la pobreza y falta de alternativas para millones de hombres y mujeres, no se puede resolver con tanquetas y helicópteros ni miles de tropas de asalto en las calles y sierras del país.

Es medio millón de personas el que trabaja para el narco, dice la SEDENA. Pero pueden ser muchos más. Cada uno de los que prestan sus servicios a los productores, transportistas y vendedores de drogas tiene tras de si a sus familias. Y sus ingresos dependen de esa actividad fuera de la ley porque el capitalismo y su gobierno no han creado empleos. Porque han destruido el campo. Porque los jóvenes no tienen educación ni trabajo. Porque miles de empresas están cerrando y millones se están quedando sin salarios debido a la crisis económica, Aquí y al otro lado del Río Bravo.
Hay una amplia base social que sirve a las mafias de todo tipo. A las que estan dentro del gobierno y a las que compiten con él.

En los estados norteamericanos de Texas y Arizona se están concentrando tropas y pertrechos por la amenaza que, según los militares norteamericanos, representa para la seguridad nacional de EU el narcotráfico en México.

En nuestro país en los dos últimos años han perecido más de 6 mil personas en la guerra entre las bandas de narcos, entre grupos paramilitares y narcos y entre el ejército y la policía y las bandas. Más o menos lo que han muerto en Irak desde que fue invadido por EU.

Hoy México es un país con un gobierno débil, ilegítimo y que va de fracaso en fracaso. Su economía se esta hundiendo. Y en las elecciones próximas seguramente ganará el abstencionismo y perderá el PAN a pesar del seguro fraude electoral que el IFE se encargará de orquestar. Y eso crea las condiciones para un próximo estallido social.