domingo, agosto 08, 2010



LA VERDADERA GUERRA

Tomás Oropeza Berumen

México, 08.08.10.- El capital sediento de plusvalía y de cuanta riqueza ajena existe, mantiene hoy una guerra mucho más sangrienta y violenta que la que vemos a todas horas en los medios de propaganda del régimen calderonista.

Más allá de las cifras maquilladas de Gobernación, la Secretaría de Seguridad Pública, el Cisen o el ejército, que hablan de 28 mil muertes por la narco guerra de Felipe Calderón, están los millones de vidas destruidas por el sistema capitalista en México.

Como en toda guerra uno de los bandos busca imponer al otro su voluntad, pasando de la política al empleo de todos los recursos que sean necesarios, legales e ilegales, para que los dueños del dinero, la industria y el dinero logren mayores ganancias.

El despido fulminante de más de 44 mil electricistas en octubre del año pasado, el cese de los mineros de Cananea, Sonora, por el Grupo Minero México; la declaración de quiebra de Mexicana de Aviación con la que se intenta dejar sin empleo a cientos de azafatas, pilotos y administrativos, son claros ejemplos del papel del Estado mexicano como instrumento al servicio de la clase en el poder.

El titular de la Secretaría del Trabajo, Javier Lozano, quien ha demostrados ser un archienemigo de los trabajadores mexicanos, es ejemplo destacado del funcionario al servicio del capital, igual ocurre con el resto del gabinete de Felipe Calderón.

La política económica aplicada desde hace tres décadas en casi todo el mundo, el neoliberalismo, fue diseñada para fortalecer a la burguesía desmantelando los Estados de bienestar, que al mismo tiempo que pugnaban por una redistribución del ingreso menos inequitativa, también creaban las condiciones para el funcionamiento de la economía capitalista.

La disposición a permitir reducción salarial y recortes de prestaciones establecidas en el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) por parte del sindicato de Mexicana de Aviación, es decir a soportar condiciones de trabajo peores que las imperantes y un deterioro del nivel de vida, es un triste ejemplo de lo que está haciendo el capital con los trabajadores hoy día: destruir las conquistas de la clase trabajadora logradas con décadas de lucha y acrecentar la pobreza del proletariado mexicano. Y también muestra la debilidad organizativa e ideológica del sindicalismo mexicano.

El despojo de las pensiones a millones de trabajadores para entregarlas a las aseguradoras privadas (Afores), al capital financiero; el aumento de los años de trabajo y la edad para jubilarse, son otras muestras de como el capital se apropia de la riqueza creada por millones de asalariados como fondo de vejez. Y también del alargamiento del tiempo de labores a costa del tiempo de descanso, con el pretexto de un aumento en las expectativas de vida y los problemas financieros del IMSS y del ISSSTE.

El proceso de privatización de los sistemas educativo y de salud en México son conocidos y han sido origen de resistencia social como la larga huelga estudiantil en la UNAM de 1999-2000.

Sin embargo el proceso de destrucción del sistema educativo público sigue y hoy México se encuentra por debajo de países como Corea, Finlandia, Grecia o en América Latina: Argentina, Chile, Brasil y Venezuela, etc.

El documental de Florian Opitz, La gran venta, ilustra con el caso de Sudáfrica lo que en materia de venta de la electricidad ya comienza a pasar en nuestro país a raíz de la destrucción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro: aumentos arbitrarios de la electricidad y el establecimiento de prepago del servicio.

La privatización del agua en México es un proceso que avanza a pasos acelerados, sin que nadie haga algo para impedirlo. Los mexicanos tenemos uno de los primeros lugares mundiales en consumo de agua embotellada y refrescos. Las tarifas del servicio de agua se incrementan cada año, además de ser establecidas de manera caprichosa como sucede en el DF.

La inmensa mayoría de la población, ignora que en países como Bolivia y Ecuador, la movilización del pueblo revirtió la privatización del agua.
Otro aspecto de la guerra contra los trabajadores es la política migratoria de Estados Unidos que se lleva a cabo con la complicidad del gobierno mexicano y cuyas consecuencias será, entre otras, mayor depresión de los salarios y la miseria, debido al aumento del desempleo y la caída de las remesas.

El afán insaciable del capital por acrecentar su riqueza, con el apoyo del Estado hoy en manos de politicastros que se desempeñan como lacayos de los empresarios, está deteriorando gravemente la situación económica, social y política del país.

A un siglo de la Revolución mexicana el pueblo sufre callado, pero su paciencia podría agotarse.