sábado, agosto 09, 2008


LA LEY DE LA SELVA

Tomás Oropeza Berumen

México, 9 de agosto.-A casi dos años del arribo al poder del presidente de facto Felipe Calderón, México vive una interminable vorágine de violencia cuyo origen es el sistema socioeconómico que predomina, agravado por el modelo neoliberal impuesto hace 25 años.

Las matanzas entre bandas de narcotraficantes, incremento en el número de secuestros, asesinatos de civiles por sicarios, de traficantes de droga por escuadrones de la muerte, involucramiento de todos los cuerpos policíacos en actividades delictivas y la rotunda impotencia del ejército para frenar todo esto, tal es el resultado de una errónea estrategia para combatir a la delincuencia organizada, considerada el “enemigo interno” por el gobierno de derechas panista, que sigue dócilmente los dictados de la política de seguridad del Pentágono

El asesinato a sangre fría de un joven miembro de la oligarquía, el adolescente Fernando Martí, plagiado por elementos policíacos de varias corporaciones, no es sino un botón de muestra de lo que sucede en el país y esta siendo usado oportunistamente por los medios de manipulación de masas y el ejecutivo para golpear al jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, como ocurrió con el sospechoso asunto de antro News Divine donde murieron 12 adolescentes en una acción provocada por la brutalidad policíaca.

Esta actitud por otro lado, es una demostración de que la lucha por la presidencia ya comenzó, a cuatro años del 2012 y cualquier incidente provocado o espontáneo es bueno para desgastar la imagen de quienes podrían ser candidatos al la silla presidencial.

Nuevamente la ultraderecha desarrolla una campaña por establecer la pena de muerte y Calderón pretendiendo quedar bien ha propuesto el establecimiento de la cadena perpetua para los secuestradores.

Este es el primer plano de un contexto todavía más preocupante, el de la crisis económica que, sin reconocimiento oficial, está golpeando a millones de mexicanos, cancelando su futuro y deteriorando sus niveles de vida. Provocando la emigración masiva de campesinos a las ciudades y al otro lado del Río Bravo. Generando millones de dramas en las familias mexicanas.

La situación económica es tan grave que hace unos días Calderón tuvo que remover a su secretario de Economía Eduardo Sojo, un hombre heredado por el ex presidente Vicente Fox, quien fue remplazado por Gerardo Ruiz Mateos, un personaje del primer circulo de Calderón y sin experiencia para el cargo que le fue encomendado. Pero poco importa quien ocupe la secretaría de Economía, si se va a continuar aplicando el catecismo neoliberal dictado por el FMI.

En este panorama el tema de la reforma petrolera ha pasado a un segundo lugar en los medios y los representantes del PRI, PAN y PRD al parecer están llegando a acuerdos para llevarla a cabo en el próximo periodo de sesiones del Congreso a realizarse el mes próximo.

A pesar de que el Frente Amplio Progresista (FAP) está elaborando una propuesta diferente a la del PRIAN, tomando en consideración el contundente NO a la privatización de Pemex arrojado por la primera fase de la consulta ciudadana y el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador en su recorrido por los municipios del país esté convocando a la movilización para impedir la venta de Pemex al capital, el riesgo de que la mayoría del PRIAN imponga la reforma calderonista en el Congreso es una realidad, que sólo podría ser evitada mediante un potente movimiento de masas que, aprendiendo de las experiencias boliviana y ecuatoriana estremeciera al país obligando al gobierno a desechar su plan. Pero no se observan en el panorama las fuerzas sociales capaces de llevar a cabo esa tarea.

Hoy los movimientos de masas aparecidos en el 2006 se encuentran diezmados por la represión gubernamental. El ocaso de la Sexta campaña a raíz de la represión a los campesinos y estudiantes de San Salvador Atenco donde fueron violadas y torturadas decenas de activistas y condenados a 63 años de prisión los principales dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, junto con el la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, (APPO) con decenas de apaleados, torturados y encarcelados muestran claramente la política del régimen panista frente a los movimientos reivindicativos de masas.

El país esta en un atolladero y a punto de sufrir una nueva traición que podría llevarlo a una situación más difícil que las que ha sufrido a lo largo de su historia si se le quita el recurso que le ha permitido mantenerse a flote, el petróleo. Por ello es necesario organizarse para la defensa de ese energético. Pero también para defenderse ante la agresividad de la burguesía depredadora que lo mismo se apropia de las pensiones de los trabajadores, aumenta la explotación en las industrias, especula con los alimentos de primera necesidad que se afana por apropiarse de los recursos naturales de la nación mexicana.

Para llevar adelante sus planes el capital, que no tiene fronteras ni patria, no se detiene ante ningún obstáculo a menos que el pueblo organizado lo frene, tal como ha ocurrido, a pesar del hostigamiento del ejército y los paramilitares, en los caracoles zapatistas de los pueblos indios de Chiapas que por estos días celebran su primer lustro de ejercer el autogobierno para resolver las necesidades que el gobierno de la burguesía no ha querido atender en décadas.