domingo, abril 20, 2008


MOVILIZACIÓN POPULAR DETIENE LA LEY CALDERON PARA PRIVATIZAR EL PETRÓLEO

Tomás Oropeza B.

México, 20 de abril, 2008.- La lucha que actualmente libra el pueblo mexicano contra el intento del gobierno encabezado por el panista Felipe Calderón Hinojosa, para privatizar el petróleo, se enfrenta en realidad al proyecto imperialista de Estados Unidos de Norteamérica para garantizar el abastecimiento de combustible en los años que vienen.

Según un reporte elaborado por la CIA, el Departamento de Defensa, el Colegio de Guerra y las universidades más importantes de Estados Unidos, Tendencias Globales al 2015 (TG15), dentro de 7 años sólo la décima parte del petróleo de Medio Oriente llegará a Estados Unidos, pues el otro 90 por ciento será consumido por China y la India, que serán las nuevas superpotencia económicas y militares del mundo.

De esta manera el movimiento en defensa del petróleo en el que participan de una u otra manera millones de mexicanos de los cuales la mayoría no forma parte de ningún partido político, aunque sea el ala perredista dirigida por Andrés Manuel López Obrador la que lleva la batuta de esa lucha, se enfrenta no sólo al gobierno de Calderón y a la “burguesía nacional”, sino también a la política del Estado imperialista norteamericano. Igual que los países que han roto con el neoliberalismo en Sudamérica y buscan construir un proyecto socioeconómico soberano y popular, dentro de lo que ellos llaman el Socialismo del Siglo XXI.

Por ahora el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo se anotó un triunfo al impedir que el PRIAN llevará a cabo la aprobación de las leyes que pondrían los hidrocarburos en manos de las grandes compañías trasnacionales y sus socios mexicanos. La sorpresiva toma de la tribuna del senado por parte de los representantes del Frente Amplio Progresista (FAP) con la que se impidió la realización de la sesión donde los representantes de la alianza del PAN y del PRI aprobarían las reformas propuestas por Calderón y luego la inmediata respuesta de miles de mujeres y hombres de las brigadas obradoristas que obstaculizaron el acceso de los senadores de esos partidos a los recintos alternativos para bloquear la realización de la sesión donde intentarían cumplir con el cometido de Calderón, ha sido una victoria del movimiento popular.

Las adelitas y adelitos - como despectivamente los medios de manipulación masiva llaman a l@s brigadistas defensores del petróleo- demostraron que la organización y la lucha pacífica, pero enérgica puede detener, al amenos por el momento- el avance de la privatización del recuso estratégico que correctamente utilizado podría ser la palanca para que el país salga de la pobreza y el atraso en que ha vivido desde hace décadas, pero de manera agravada desde que se le impuso el modelo económico neoliberal.

La demanda del FAP, que desocupará la tribuna senatorial hasta el 30 de abril, es que se realice una amplia discusión sobre la propuesta de Calderón en la que participen todos los sectores, y que se decida sobre los cambios a realizar mediante un referéndum. Además Andrés Manuel López Obrador, el presidente legítimo, ha puesto tres requisitos para que se lleve a cabo un diálogo con el PRI y el PAN: 1) que no se privatice el petróleo, 2) que no se modifique la Constitución Mexicana, y que no haya corrupción. Todos ellos imposibles para el equipo de Calderón.

Además, la propuesta para el debate que deberá trasmitirse en cadena nacional por radio y tv, es que este sea real y que aborde cuando menos los siguientes temas: petróleo y soberanía; petróleo y Constitución; petróleo y desarrollo; petróleo y corrupción y petróleo y paz social.

Por el momento parece haberse conjurado el peligro de que se produzca una madruguete en el que a espaldas del pueblo la mayoría del PRI y el PAN en el Congreso den trámite a la reforma petrolera de Calderón, sin embargo el peligro no ha pasado totalmente, pues la condición que el Frente Amplio Progresista para desalojar la tribuna del senado es precisamente el compromiso de que no se convocará a un periodo extraordinario de sesiones donde podría ocurrir una sorpresa que seguramente pondría al país en vilo.

En medio de la desesperación del gobierno y el empresariado que se estaba frotando las manos para hacer los grandes negocios, se ha desarrollado una sucia e intensa campaña de desprestigio contra López Obrador y el movimiento que encabeza, mediante spots pagados por una organización de ultraderecha (Mejor Sociedad, Mejor Gobierno) donde lo asemejan con Hitler y Mussolini por la toma del Congreso. Algo muy similar a la campaña del 2006 donde se decía que era un peligro para México. Ha sido tan burdo el spot que hasta el PAN se deslindó, no obstante que quienes la realizan los destacados PANistas: Francisco Antonio Fraile García (diputado del PAN por Puebla), José Antonio Ortega (ex asesor del Cardenal de Guadalajara Sandoval Iñiguez), Guillermo Velazco Arzac, organizador de México Seguro, todos ellos ligados al MURO y el Yunque, organizaciones fascistas.

Según las previsiones de AMLO sería muy difícil que el PRIAN se atreviera a maniobrar para sacar su proyecto por el momento. Pero quedan aún 10 días de golpeteo intenso en preparación del debate nacional que podría ser solo un trámite para pasar luego a imponer la ley privatizador con la aplanadora PRI-PAN-PV-PANAL y (no sería raro) algunos PRDistas. Además de lo anterior, a correlación de fuerzas hasta ahora le ha permitido al capital apropiarse de los recursos públicos sin mayor dificultad, tal como sucedió recientemente con el robo de las pensiones que se hizo mediante la Ley del ISSTE.

Tal vez ahora sí el asunto petrolero sea la gota que derrame el vaso y con una política acertada por parte de López Obrador y su movimiento, que desde nuestro punto de vista sobrepasa al PRD, pero también lo incluye de manera importante, pueda irse construyendo una nueva fuerza social y política para desplazar del poder del Estado a los hombres de negocios metidos a la política y ponerlos en su lugar.

Pero para las fuerzas políticas que aspiran a un cambio no solo de modelo económico, sino de régimen socioeconómico esta coyuntura también puede ser aprovechada para redoblar los esfuerzos de construcción de una fuerza social anticapitalista capaz de llevar a cabo una revolución social que quite del poder económico y político a la burguesía.