domingo, julio 20, 2008


MÉXICO EN LA HORA DE DECIR ¡NO!

Tomás Oropeza Berumen

México, 20.07.2008.- A punto de terminar el próximo martes el debate oficial sobre el futuro del petróleo y de la paraestatal PEMEX, y a una semana de la realización de la Consulta popular organizada por el gobierno del DF para que los capitalinos mexicanos digan SI o NO a la reforma petrolera de Felipe Calderón, todo parece indicar que el gobierno emanado del fraude electoral del 2006 planea aprobar por la vía del fast track el remate del oro negro mexicano a las transnacionales petroleras.

Metiendo con ello al país en un laberinto de mayor encono social que se agregará a la violencia generalizada que lo estremece desde que comenzó la seudoguerra policiaco - militar contra la delincuencia organizada, misma que hasta ahora parece estar encaminada a fortalecer a uno de los cárteles de la droga en detrimento de los otros.

Por ello no es exagerado afirmar que hoy por hoy el ejército mexicano está haciendo el trabajo sucio, actuando como una fuerza de ocupación en las entidades donde se ha desplegado para apoyar a una facción de ese inmenso poder que Felipe Calderón dice combatir, desnaturalizando el papel que le asigna la Constitución Mexicana a las fuerzas armadas con tal de cumplir con la línea dictada por el Pentágono mediante el Plan México o Mérida, como se le rebautizó para tratar de ocultar su semejanza con el Plan Colombia.

La posibilidad de que en los próximos meses veamos como el Senado conformado a partir de las turbias elecciones de hace dos años vota la venta del petróleo a Repsol; Exxon-Movil; Chevron; BP-Ameco-Arco; Royal Dutch-Shell; Texaco. etc., se desprende de la "nueva" correlación de fuerzas que ha surgido del cambio de posición del PRI, instituto que dice tener ya lista una propuesta "no privatizadora y modernizadora, para fortalecer a PEMEX y usarla para negociar el proyecto del ejecutivo de facto, quien a su vez expresó hace unos días que la reforma energética deberá contener todos los puntos de vista de los integrantes del Congreso.

En esa lógica negociadora, " propositiva y civilizada" se halla también el PRD controlado por la tendencia de Jesús Ortega, los chuchos, a quien los perredistas simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo han acusado de ser aliada de Calderón.

Si bien el próximo domingo 27 la Consulta se realizará en el DF, Edomex y varios estados más del centro de la república, y nomás en la capital se espera la participación de unos 12 millones de personas gracias al esfuerzo de unos 200 mil brigadistas que han estado realizando recorridos visitando miles de viviendas, lo cierto es que hasta el momento no se ha sentido la fuerza de la movilización popular más que en los cientos de actos convocados por López Obrador en su interminable recorrido por los municipios de todo el país.
De tal suerte que la amenaza de realizar las acciones de masas necesarias para impedir la consumación de la traición celderonista no ha pasado de eso. Y la oportunidad para organizar y generar una fuerza social y política capaz de revertir el proyecto neoliberal podría perderse por tibieza y exceso de prudencia.
A pesar del supersticioso fervor que parece dominar a los seguidores de López Obrador, quien promueve realmente una política caudillista y pasiva, en la coyuntura actual existe un nudo de contradicciones sociales, políticas y económicas que tiende a volverse más abigarrado y complejo por:

· la crisis económica que ha dejado a millones de mexicanos en una miseria sin retorno al despojarlos de sus pequeños capitales o cancelarles sus empleos.
· La política migratoria del gobierno estadounidense que ha taponeado la válvula de escape de la migración y disminuido el monto de las remesas al criminalizar a los trabajadores sin papeles.
· Por la política de despojo al campesinado que se deriva de las reformas al artículo 27 constitucional y la apertura de la frontera para todos los productos agrícolas.
· La disminución de los ingresos de miles o tal vez millones de familias cuyos salarios y rentas dependen de los cultivos ilícitos, como la marihuana. Ingresos que durante décadas evitaron el hundimiento económico de muchas entidades, como Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, etc.

· La criminalización de las luchas sociales. Véanse los casos de Atenco, Oaxaca, decenas de municipios en Guerrero, las agresiones contra las comunidades zapatistas en Chiapas y en Michoacán a los pueblos indígenas.

· La existencia de varias organizaciones guerrilleras que se hallan en estado embrionario y que ante una situación de mayor intransigencia y represión gubernamental podrían fortalecerse.

· La agudización de la crisis económica en Estados Unidos y sus inevitables repercusiones en nuestro país.

· Las contradicciones existentes en el seno de la mafia empresarial en el poder, misma que se expresa de múltiples formas, como la descalificación de Televisa contra el senador de derechas Santiago Creel o en el libelo del yunketo Manuel Espino donde critica la gestión de Felipe Calderón.

Estas son algunos de los rasgos que conforman la problemática actual de México, seguramente existen más, pero con las enumeradas es suficiente para entender que el país se está desbarrancando y si a esto se agrega el desmantelamiento de PEMEX y la entrega del petróleo al capital, se romperá la columna vertebral de la Nación mexicana, y el gobierno perderá la posibilidad de garantizar la estabilidad, el desarrollo y la seguridad de los mexicanos mediante la política, teniendo que recurrir cada vez en mayor medida al uso de la fuerza represiva.

Tal vez por ello hace unos días que el Gabinete de Seguridad, integrado por los titulares de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores , Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública Federal, acudieron disciplinadamente a rendirle cuentas al secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, Michael Chertoff, creador de la Ley Patriótica, quien vino a dictar línea para la instrumentación del Plan Mérida a sus súbditos mexicanos.
Por ello es muy importante que todas las fuerzas políticas y sociales impidan la consumación de la traición calderonista. Permanecer callados y pasivos, sólo contribuirá a que los enemigos del pueblo mexicano se salgan con la suya.