martes, agosto 03, 2010



LEGALIZAR LA YERBA

Tomás Oropeza Berumen

México, 03.08.010.- Con el debido retraso, el grupo gobernante abrirá el debate sobre la legalización de las drogas. A tres años de la absurda y sanguinaria guerrita de Felipe Calderón contra la llamada delincuencia organizada en la que han muerto 28 mil hombres y mujeres, la mayoría jóvenes, que sin ninguna investigación de por medio fueron tachados de “vinculados al narco”. Muertos que dejaron miles de huérfanos y viudas en la miseria.

Ahora Los Pinos montará el escenario para discutir el punto de la legalización de las sustancias prohibidas. Es imposible que se produzca un debate de altura sobre el tema, que desde hace mucho se da en todas partes y en todos los tonos. Ya sabemos que todo lo que toca el gobierno se convierte en basura.
Seguramente el guión ya está escrito al otro lado del Río Bravo, donde por cierto, en el estado de California existe un movimiento para legalizar la marihuana bajo la consideración de que su venta aportaría impuestos por mil 300 millones de dólares a ese estado económicamente quebrado, además de que le ahorraría unos mil 800 millones de dólares anuales que hoy se gastan en detenciones y procesos.

La iniciativa para legalizar la mota

Negocio que en California arroja unos 14 mil millones de dólares anuales es de Richard Lee, profesor y activista de la Universidad de Oaksterdam (la única en Estados Unidos donde se imparten exclusivamente asignaturas relacionadas con la siembra, cultivo, procesamiento y venta de la canabbis). Es un negocio más. Y se calcula que la venta de una onza le procuraría al gobierno unos 50 dólares de impuestos.

En México ya sabemos quiénes conformarían las principales empresas expendedoras de esa droga blanda y demonizada. Y a donde irían a parar los impuestos. Pero legalizarla ya sería una forma de bajar la tensión social. Se les acabaría a la policía el pretexto para extorsionar a los chavos y no tan chavos que la consumen. Los jueces también verían esfumárseles una fuente de ingresos. Las prisiones perderían víctimas.

Se terminaría el pretexto de la narcoguerra de Calderón y los capos serían empresarios que pagarían impuestos que podrían destinarse al fomento de la rehabilitación de los adictos, quienes dejarían de ser considerados delincuentes.
Podrían financiarse programas de re inserción de los adictos. Crear más centros educativos, incrementar los presupuestos de los centros de educación superior, etc.
Al jefe del cartel de Los Pinos le preocupa si se incrementaría el consumo. Seguramente, pero luego se estabilizaría para descender. Como seguramente ocurrió cuando en Estados Unidos se legalizó la producción, venta y consumo de las bebidas etílicas, que son hoy por hoy la droga más popular.

Ya se verá. Pero lo cierto es que hoy Calderón y el Partido Acción Nacional son la expresión más reaccionaria, conservadora y mojigata que existe en el país. Podría decirse sin exagerar, que no tienen anda que envidiar a los fundamentalistas de otras latitudes.

Un ejemplo de su intolerancia lo podemos ver en Guanajuato, donde actualmente 6 mujeres purgan condenas hasta por 30 años y otras 160 están siendo procesadas por haber abortado involuntariamente el producto de violaciones. Según el procurador de esa entidad, Carlos Zamarripa -donde la iglesia católica cuenta con un canal de televisión donde noche y día curas y señoras de la vela perpetua hablan de sus creencias y milagros- cometieron “homicidio en razón de parentesco”.

¿Otra cortina de humo?

La noticia del debate sobre la legalización de las drogas (habría que comenzar por definir de cuales) seguramente será el tema que ocupará las primeras planas los próximos días y servirá también como distractor de problemas más importantes como la evolución de las negociaciones entre la Secretaría de Gobernación y el SME, que levantó la huelga de hambre a cambio de promesas que cada día se esfuman más, como ha ocurrido con el ex senador Diego Fernández de Cevallos, desaparecido el 17 de mayo y que el lunes pasado sirvió como espantajo para esfumar de los mass media la noticia acerca de la gran concentración popular realizada por Andrés Manuel López Obrador en el zócalo del DF, donde por enésima ocasión expresó que quiere ser presidente ante un rebaño que acudió a escuchar su proyecto de nación.

Al tabasqueño se le arrojaron al cuello no sólo los mafiosos que se apoderaron del gobierno, sino también sus compañeros del PRD, los PANistas y PRIístas. Al grado de que hace unos días confesó en Zacatecas, sentirse acosado y temer que lo saquen de la jugada.

Lo que no se puede ocultar por más demagogia que se vomite desde los medios de desinformación es la persistencia de la crisis económica, que sigue destruyendo el presente y el futuro de millones de vidas, en todo el mundo, porque está presente en las mesas y bolsillos de todos los que se ganan la vida con su trabajo.
En Estados Unidos ahora se está hablando de que se avecina algo que los economistas vulgares no saben si será una recesión doble o una recesión seguida por una depresión, expresó la semana pasada Agustín Carstens, gobernador del Banco de México y Búfalo neoliberal de peso completo.

La cosa no es tan complicada. Si hoy están quebrando miles de empresas, millones han perdido sus empleos, la riqueza se está concentrando y centralizando aceleradamente, cae la tasa de ganancia, hay inflación, etc., entonces hay una crisis económica.
Y ESTA TAMBIEN ES UNA oportunidad para que las masas tomen conciencia de que dentro del sistema del trabajo asalariado no hay solución real a sus problemas. Recordemos lo dicho por Marx: El proletariado es revolucionario o no es nada.