lunes, diciembre 21, 2009



HACIA EL 2010, AÑO DE GRANDES DEFINICIONES

Tomás Oropeza Berumen

México, 21.12.09.- A diez días de que concluya el 2009, el país sigue inmerso en la crisis económica que sin duda se profundizará en 2010 debido a la dependencia de Estados Unidos - donde no se observan signos perdurables de recuperación- y a las erróneas medidas de política económica del gobierno panista, que más bien pareciera estar empeñado en destruir la economía mexicana que en protegerla.

El incremento de los impuestos: Ietu, IVA, ISR, a las cuentas bancarias y servicios de comunicación. Servicios: transporte foráneo y urbano, teléfono, agua, etc. y productos de primera necesidad (gasolina, gas butano, diesel, azúcar, etc.) y de consumo durable a partir del primero de enero provocará una mayor caída del consumo de millones de personas generando mayor recesión. Un círculo vicioso.

Ello aunado al creciente desempleo, disminución de las remesas y el simbólico incremento al salario mínimo de apenas 2.60 pesos, agravarán la situación de las clases medias y del pueblo mexicano.

Por el momento la cortina de humo desplegada por radio, prensa y televisión en torno al “exitoso operativo” de la Marina que gracias a un pitazo de la estadounidense policía antinarcóticos DEA condujo a la muerte de un capo de la droga, Arturo Beltrán Leyva ha colocado en un lugar secundario el tema más importante, que es el económico.

Otro asunto relevante que esta pendiente es la propuesta del ejecutivo de facto para realizar una “reforma política” que de aprobarse en el Congreso constituiría un retroceso histórico.
Se trata de establecer la reelección inmediata para diputados, delegados y presidentes municipales, porque con ellos, según Felipe Calderón se obligaría a los servidores públicos a “rendir cuentas” y a ser más eficientes para que la chusma los reelija.
Por el momento el PRD y algunos del PRI se han opuesto, pero no sería difícil que cambiaran de opinión y apoyaran la reforma con la que Calderón pretende “cambiar a México”.
Otro punto de su decálogo es el establecimiento de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales si el partido vencedor no obtiene el 50 por ciento. Porcentaje altísimo con el que se pretende cerrarle el paso al poder a la “izquierda” funcional al sistema, pero que podría descarrilar hasta cierto punto el proyecto neoliberal norteamericano y de la oligarquía en el poder.

También se proponen las candidaturas independientes y los figuras del plebiscito y el referéndum, que en un país donde los medios de comunicación de masas son un dúo polio y se requieren recursos multimillonarios para hacer política electoral, quedan anulados para abrir una real participación ciudadana electoral.
Sin embargo, podría ser la oportunidad para que candidatos “independientes” apoyados con el poder financiero de grandes capitalistas y de empresarios de las drogas, pudieran penetrar (aún más) en el mundo de la política sin necesidad de recurrir a partidos políticos intermediarios como ocurre hoy.

En opinión de Luis Javier Garrido, doctor en Derecho y articulista de La Jornada, el decálogo calderonista presentado al Congreso el 15 de diciembre para su aprobación “es un bodrio que entraña gravísimos retrocesos para la vida democrática” (LJ 18.12.09, p. 17).

Es claro que Calderón pretende crear una clase política más incondicional (si es que ello es posible) que la actual; y que además esta preparando su propia reelección pues en el tiempo que le queda ello sería posible contando con la anuencia de aquellos a quienes les abra la posibilidad de perpetuarse en sus cargos.

No cabe duda, el 2010 será un año en que el pueblo mexicano tendrá que defender sus derechos ante la imparable ofensiva de un gobierno cuya misión es terminar con los derechos sociales y las conquistas de la Revolución Mexicana que aún sobrevienen a 30 años de instaurada la dictadura neoliberal, cuya misión es entregar la riqueza nacional al capital y que no tiene más fuerza que el apoyo militar, pero que en el terreno de la política ha perdido toda legitimidad.