viernes, abril 21, 2006


DE NUEVO LA METALURGICA LAS TRUCHAS EN MANOS DE LOS MINEROS

Tomás Oropeza
Corresponsal

México, 21 de abril.- Al disiparse el humo de la batalla que ayer libraron las fuerzas policíacas y castrenses del gobierno de los empresarios encabezado por presidente Vicente Fox, contra los mineros de la siderúrgica de Las Truchas, en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, puede observarse con toda claridad que el sangriento intento por imponer su “estado de derecho” fracasó rotundamente.

A unas cuantas horas de su “heroico operativo” las fuerzas del orden tuvieron que retirarse con el rabo entre las patas huyendo de la indignación de los habitantes del puerto obrero que lleva el nombre del General revolucionario que nacionalizó el petróleo para los mexicanos.
De nuevo la siderúrgica esta en manos de sus trabajadores y la huelga continúa en esta importante empresa que en 19 días de paro ha dejado de producir más de 108 mil toneladas de acero líquido, con un valor aproximado de 84 millones de dólares para el Grupo Villacero.

Ha quedado claro en el país que ya no sólo los pueblos “indios” se hayan en rebeldía y desafían al gobierno tripartidista del orate Vicente Fox (PAN) y sus aliados del PRI y el PRD, sino que también los metalúrgicos están comenzando a salirse del huacal, aunque para muchos académicos, polítolocos, economistas y sociólogos la clase obrera ya ni existía ni tiene un papel relevante en las luchas sociales (¡ja!).

Por lo pronto, la ley y el orden injustos que ayer trataron de imponerles el sr. Fox y su lacayo local, el gobernador Lázaro Cárdenas Batel, del PRD (a quien los trabajadores le han reclamado su traición por faltar a su palabra de que “no intervendría” en el conflicto) no se han implantado y en esa localidad es el pueblo el que se las arregla por lo pronto sin los parásitos que dicen gobernarlo.

Sin embargo, la amenaza de una nueva embestida para hacer prevalecer la voluntad de los empresarios sobre la prole, sigue latente, pues la línea que Fox dio a su Gabinete de Seguridad (los órganos represivos) fue la de garantizar el imperio de la ley, es decir los intereses del capital.

En este contexto los candidatos de los tres principales partidos a la presidencia en sus respectivas giras en pos de los votos de un electorado que ya se prepara para ver el Mundial de fútbol han expresado:

El mafioso Roberto Madrazo, del PRI, criticó la represión contra los trabajadores, aunque su partido invariablemente ha reprimido no solo a los obreros, sino a estudiantes, indios y campesinos, llegando al genocidio como en el 2 de octubre de 1968, Acteal, Aguas Blancas, El Charco y un largo etcétera.

El “chaparrito, peloncito de los lentes”, como llamó su jefe Manuel Espino, al candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, aplaudió la hazaña del sr. Fox y de Batel (como llaman los michoacanos al gobernador Lázarito Cárdenas, para no manchar el apellido de su abuelo) y dijo que la ley debe ser pareja. Total se trata de congraciarse con los dueños del dinero, las fábricas, tierras y de todo. No con la pobretada.

Por su parte, Andrés Manuel López Obrador, del PRD, condenó el uso de la violencia para resolver los conflictos y dijo que de llegar a la presidencia él sí usaría la política para solucionar los diferendos.
Sin embargo, evitó mencionar que fue precisamente un gobernador perredista quien junto con Fox se ha manchado las manos con la sangre minera, porque a fin de cuentas también le están mandando a la burguesía y a los gringos el mensaje de que saben aplicar la mano dura cuando es necesario.

Por su lado los líderes del sindicalismo “democrático” y dizque independiente, todos ellos con millonarias cuentas bancarias, curules en la Cámara y decenas de años “representando” a los trabajadores, agrupados en la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) se entrevistaron con el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, uno de los jefes de la organización fascista El Yunque, y lograron arrancarle el compromiso de que él encabezará las acciones para buscar un arreglo con los mineros rebeldes.

La realidad es que el motivo de la huelga: algunas reivindicaciones económicas, respeto a la autonomía del sindicato minero y el rechazo a la ingerencia del gobierno en su vida interna, o en otras palabras la defensa del líder máximo del sindicalismo minero -hoy desconocido por la secretaria del Trabajo- un personaje que forma parte del viejo sindicalismo priísta corporativo, gansteril y corporativo, pero que se ha opuesto a la reforma laboral panista y a la privatización del petróleo y la electricidad, pudieron “arreglarse” con un poco de sentido común y ánimo conciliador, pero eso es lo que le falta al equipo de tecnócratas encabezado por Fox.











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