¿PORQUÉ LUCHAN LOS
ESTUDIANTES DEL POLI?
Tomás Oropeza
Berumen
La súbita rebelión
de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que
desde el viernes 26 de septiembre mantiene paralizada y en vilo esa
institución de educación superior, trasciende por su importancia el
pliego petitorio que enarbolan los miles de chav@s que el
martes (29 de septiembre) y el viernes (3 de octubre) obligaron al
secretario de Gobernación a salir de su oficina en el Palacio de
Covián, atenderlos en la calle, recibir su pliego de demandas y
resolver a medias parte de estas en menos de tres días.
La suspensión del
reglamento, del plan de estudios y la renuncia de la Directora del
Politécnico, son un triunfo significativo, pero insuficiente, porque
siguen pendientes otras reivindicaciones, como por ejemplo la
democratización de ese centro educativo, cuya forma de gobierno es
tan antidemocrática como en la UNAM.
Y para dar una
muestra de lo que es la democracia verdadera, el documento que Chong
les entregó con la respuesta del gobierno, será analizada en la
asamblea general y está dará la respuesta del caso.
La lucha estudiantil
del poli contra la pretensión de rebajar el nivel de los
conocimientos de los planes y programas de estudio actuales, para
hacer de esa institución una fábrica de mano de obra barata se
opone a la desvalorización de la fuerza de trabajo de sus egresados
a quienes la ahora exdirectora, siguiendo la política educativa del
neoliberalismo intentó imponerles títulos de técnicos y ya no de
ingenieros, médicos o licenciados en sus respectivas profesiones y
de este modo crear las condiciones para que los empresarios les
paguen menos. Es claro que con esta burda maniobra se intentó mermar
por decreto, los salarios de decenas de miles de jóvenes.
Y también se oponen
a la rebaja en la calidad educativa, porque se niegan a ser simples
manipuladores del Know How (saber hacer) es decir a aplicar la
ciencia que se hace en otros países para resolver los problemas de
la producción capitalista de las corporaciones. Quieren una ciencia
propia, construida en función de los intereses del pueblo mexicano.
Al expresar en sus
pancartas NO SOMOS MANO DE OBRA BARATA, los chav@s
manifiestan que están conscientes de que pertenecen a la clase que
carece de medios de producción y se están rebelando contra la
política neoliberal de Peña Nieto de hacer de México un paraíso
para las corporaciones transnacionales proveedor de fuerza de trabajo
y materias primas baratas.
Los muchachos del
Poli están dando un ejemplo al pueblo mexicano, como en 1999 lo
dieron los de la UNAM al oponerse al Plan Barnés fundado en los
dictados del FMI y del BM y levantarse con un movimiento masivo y
democrático. Hoy la situación del país es mucho peor y en los 14
años transcurridos la miseria, el desempleo y la violencia
delincuencial se han elevado exponencialmente, demostrando hasta a
los más ingenuos que los capitalistas y su gobierno no pueden
resolver los grandes problemas en que han hundido a millones de
mexicanos.
Cuando plantean la
recuperación de la orientación nacionalista y popular del
cardenismo en el IPN, están expresando el deseo del pueblo mexicano
por recuperar un proyecto de nación donde prevalezca el interés de
la mayoría y no el de los ricachones. Y de esta manera contradicen
el entreguismo de Peña Nieto y los partidos paleros que firmaron el
Pacto por México. Pero van más allá del cardenismo (de Lázaro
Cárdenas) porque no le creen ni media palabra al gobierno ni al PRD
y dejan a sus asambleas la toma de decisiones y se niegan a entablar
negociaciones en lo obscurito y a espaldas del estudiantado en lucha.
Cosa que deberíamos aprender los trabajadores de la UNAM, donde un
puñado de charros y de burócratas deciden todo.
Por esto todos
debemos apoyar la lucha de los estudiantes del Poli, organizando en
nuestros centros de estudios y trabajo comités de apoyo, discutiendo
los problemas que nos agobian y echándole montón para fortalecer la
lucha contra un régimen que masacra y desaparece estudiantes
normalistas en el estado de Guerrero.
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