domingo, abril 19, 2009



MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

Tomás Oropeza Berumen

México, 18.04.09.- Nada ha cambiado para el pueblo mexicano con el inicio de la “Nueva Era” proclamada por el presidente de facto mexicano Felipe Calderón ante el ejecutivo norteamericano Barack Obama (BO).

Y si el medio es el mensaje, el aparatoso despliegue militar y policiaco que lo custodió dejo en claro que no tiene la menor confianza en el supuesto control que su anfitrión, Felipe Calderón, tiene en el país, a pesar de la militarización.
Por ello llegó a Polanco protegido por cientos de policías, militares y toda clase de guaruras gringos. Como si se tratará de una visita a Irak. La brevedad de su estancia, un pisa y corre de apenas 21 horas, de paso a la cumbre de Las Américas en Trinidad y Tobago.
Y un discurso sin compromisos: Nada de reforma migratoria integral, ni control del tráfico de armas. Ni el tema de la entrada de camiones mexicanos a EEUU. Y nadie tampoco se acordó de que en Cd. Juárez cientos de mujeres han sido asesinadas. Sólo énfasis en la responsabilidad compartida de su país y México en el combate a los carteles de la droga, donde a este le toca el trabajo sucio y poner los muertos, que ya rebasan los 10 mil.

La “nueva era” de que habló el alucinado Felipe Calderón, sólo existe en la mente de sus corifeos, locutores y periodistas del régimen. El desangramiento del país seguía mientras Calderón y sus invitados se esforzaban por resultarle simpáticos al representante del imperio que sigue bombardeando Irak, Afganistán y Pakistán. Que no ha clausurado la prisión de Guantánamo ni anulado la Ley Patriótica impuesta por George Busch para combatir el terrorismo cancelando garantías individuales y derechos humanos de los ciudadanos norteamericanos.

La guerra del gobierno de facto panista contra el pueblo mexicano sigue, disfrazada de combate al narcotráfico, con asesinatos de luchadores sociales, aumento del número de presos políticos y criminalización de las luchas sociales.

A los mil 200 mineros de Cananea, Sonora, pertenecientes a la Sección 65 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Similares de la República Mexicana (SNTMySRM) un laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, declarando ilegal la huelga que sostienen desde hace 21 meses les ha cancelado el derecho de huelga y los ha privado de su empleo, al dar por finalizado el Contrato Colectivo y la relación laboral. Esto después de que las mismas autoridades laborales reconocieron en cuatro ocasiones la legalidad de la huelga estallada el 30 de julio del 2007 en demanda de equipos de seguridad para los mineros, incremento salarial, respeto a la autonomía sindical, etc.

Con esa decisión promovida por el ultraderechista Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo al servicio del Grupo Minero México, la patronal pretende recuperar las instalaciones y hoy Cananea, una ciudad de 38 mil habitantes en el Norte de México esta ocupada por miles de elementos de la castrense Policía Federal Preventiva (PFP) y cuerpos de asalto que se están alistando para reprimir y desalojar a los huelguistas.

Por el momento el Sindicato obtuvo una suspensión provisional del Juzgado Segundo de Distrito en Materia Laboral, con sede en la ciudad de México, al laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje sobre la rescisión del contrato laboral de los mil 200 trabajadores y con ello se están escudando, pero la violencia podría desatarse en cualquier momento, pues tanto la Secretaría del Trabajo como la empresa sostienen que dicha suspensión “no existe”.

En el estado de Oaxaca la semana pasada fue asesinada la luchadora social Beatriz López, militante del movimiento de Defensa de la Economía Popular y del Petróleo, encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
En Chiapas varios indígenas zapatistas defensores de las Cascadas de Agua Azul, fueron torturados por la policía y presentados ante los medios de comunicación como salteadores de caminos.
En Guerrero, en un sospechoso incidente 15 supuestos sicarios resultaron muertos en un enfrentamiento con el ejército que sólo reportó una baja. Ocurriendo en total 34 asesinatos en 5 entidades mientras Obama y Calderón intercambiaban elogios.

Lo que sigue agravándose es el desempleo, que ha crecido más que la población económicamente activa. Según reportes del INEGI, en los casi 9 años de gobiernos del PAN, el número de desempleados pasó de 915 mil 418 en diciembre de 2000, a 2 millones 400 mil en la actualidad. Incrementándose 1 millón 484 mil 582, gracias a la política económica del gabinete calderonista, integrado por eminencias del ITAM, como Agustín Carstens, secretario de Hacienda.
Hoy gracias a las recetas del FMI, que le acaba de prestar 47 mil millones de dólares a Calderón para que se los regale a los banqueros y especuladores, 6 de cada 10 trabajadores están en la economía informal. Hay 2 millones 400 mil desempleados, una tasa de desocupación de 5.3% (según los maquillados datos del gubernamental INEGI).
Sólo 37% de la población trabajadora tiene acceso a la seguridad social.
También informa el INEGI que en los 28 meses de gobierno del “presidente del empleo” la totalidad de jóvenes incorporados a la Población Económicamente Activa (pea) no ha encontrado chamba ni en el sector formal ni en el informal. Y además 70 mil personas han perdido su trabajo.
Y más aún: en febrero la actividad industrial cayó 13.2 por ciento. Al interior de la industria manufacturera la caída fue de 16.1 por ciento; en la industria de la construcción la disminución fue de 11.3 por ciento y en la minería de menos 6.5 por ciento.
En la sufrida y militarizada CD. Juárez los “paros técnicos” eufemismo para llamar al desempleo, afectan a 38 mil empleados que sólo laboran 2 o 3 días a la semana y obteniendo salarios todavía más miserables que los que recibían en tiempos “normales”.
El FMI por su parte hace sesudos análisis para advertirle al mundo que la crisis será más larga y profunda de lo que se había diagnosticado. Cinismo puro.
Para los poderosos se viven tiempos propicios para hacer mayores negocios. Para los de abajo son tiempos de sufrimientos, de ira y de toma de conciencia sobre la necesidad de cambiar el mundo desde abajo.
La barbarie es el capitalismo, la salida no puede ser más que la supresión de la propiedad privada de los medios de producción, base del capitalismo. Y esa tarea sólo la clase obrera puede llevarla a cabo en alianza con campesinos, indios y explotados.

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