domingo, noviembre 27, 2016

 Cartón 2 marzo

TRUMP  NO TIENE LA CULPA DE LO QUE PASA AQUÍ


Tomás Oropeza Berumen

El supuesto triunfo electoral de magnate fascista Donald Trump (DT) cuya victoria se da por hecho -no obstante que la candidata demócrata Hillary Clinton obtuvo la mayoría del voto popular y millones de firmas exigen al Colegio Electoral que en su decisión refleje esa realidad- ha servido para que el inepto gobierno de Enrique Peña Nieto y sus voceros le achaquen la debacle económica que por estos días se ha agudizado en México.

La abyecta y complaciente actitud de los gobernantes mexicanos y de la burguesía a la que representan, ni siquiera ha servido para granjearse la consideración del presidente electo DT, quien pretende dar un viraje de 180 grados al neoliberalismo y la globalización para instalar el proteccionismo y reindustrializar a su país, cuyaS fábricas se dispersaron  por todo el globo en búsqueda de mano de obra barata, facilidades para explotar los recursos naturales y con ello conseguir mayores ganancias.

Al anunciar que EEUU se retirará del TLC, algo que está por verse, pues si lo hiciera afectaría los intereses de decenas de trasnacionales, DT ha puesto a temblar a los  gobernantes títeres  de países que sacrificaron su desarrollo y soberanía nacionales para adherirse al modelo dictado por los organismos financieros del imperio norteamericano (FMI, BM, OCDE). Entre esos gobernantes destacan los del PRI y PAN porque con las reformas estructurales que han impulsado: privatización de la industria petrolera; reforma neoliberal de la educación, concesiones a trasnacionales de la minería; privatización del sector salud, etc. convirtieron a México en uno más de los patios traseros del imperio yanqui, con el que se realiza el 80 por ciento del comercio, y cuyas inversiones extranjeras directas son preponderantes.

Situación que refleja también la dependencia de Estados Unidos con respecto a México. Muy similar a la relación entre el amo y el esclavo. Uno no puede existir sin el otro. Por lo que no es difícil intuir que lo que pretende DT es renegociar el TLC para obtener mayores ventajas y trasladar los costos que ha tenido para la sociedad estadunidense a México, que muy caro ha pagado haber firmado ese acuerdo y debería retirarse del mismo, para encauzar su economía en interés del pueblo mexicano. Pero para ello se requeriría de un gran movimiento de masas con un programa revolucionario, que por el momento no se mira, pero que existe en germen en las luchas populares como la de los maestros de la CNTE,  zapatistas, sindicatos democráticos, etc.

Por ahora la devaluación del peso, la caída del precio del petróleo, la recesión económica, la inflación y todo lo que por estos días está ocurriendo, se le achaca DT, pero la realidad es que la  sociedad mexicana atraviesa por una  grave situación en el contexto de la crisis mundial del capitalismo globalizado, caracterizada por creciente desempleo, precarización del trabajo, la descalificación de los oficios y profesiones, el reemplazo del trabajo vivo por la maquinaria y una mayor explotación de la clase trabajadora.

México un país con más de 122 millones de habitantes,  la economía se halla en recesión desde hace décadas. El “crecimiento” del PIB se ha mantenido estancado, con un promedio menor al 2 por ciento en 30 años. La devaluación del peso no cesa, en la actualidad el dólar se cotiza a casi 22 pesos.

Según el INEGI la  Población Económicamente Activa (PEA) es de 54 millones 226 mil 803 personas; la tasa de desocupación es de 4 por ciento y la de subocupación  6 por ciento. Se sostiene  que el desempleo  ha descendido, pero la metodología empleada por ese organismo oficial es caprichosa y no refleja la realidad. El gobierno de Enrique Peña  dice que se han creado 2 millones 31 mil empleos en lo que va de su administración, pero oculta que para dar trabajo a los jóvenes que se suman a la PEA se requiere 1 millón 300 mil plazas anuales como mínimo. Es decir tendrían que haberse generado 6.5 millones. Le faltaron 4.5 millones para dar trabajo a quienes se integran a PEA. Eso sin contar a quienes pierden su chamba  porque son sustituidos por la maquinaria. Además esas nuevas plazas son precarias: temporales, sin prestaciones, de bajos salarios. Una basura.

Los precios de los alimentos y otros bienes y servicios necesarios para el consumo de la clase trabajadora y del pueblo en general, se han incrementado debido a los aumentos en los precios de la electricidad, los combustibles (gas, diesel, gasolina) y al aumento del dólar.

Millones de trabajadores que ganan el salario mínimo de 73 pesos no pueden cubrir los gastos para sostener a sus familias. Ni siquiera para para adquirir la Canasta Alimenticia Recomendable, elaborada por el Dr. Abelardo Ávila Curiel del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”  que consta de 40 productos indispensables para la nutrición de una familia de 2 adultos y dos niños,  y donde no se incluyen gastos de renta, transporte, educación, recreación, etc en abril de este año se necesitaban 213 pesos (3 salarios mínimos).

Esto ocurre mientras la  clase capitalista y sus aliados,  de todos los partidos políticos y la burocracia a sus servicio, se han enriquecido como nunca antes se había visto. Pero al mismo tiempo es causa del bajo poder adquisitivo que impide el “buen” funcionamiento del capitalismo, la realización de las mercancías. Por ello ahora ha surgido la iniciativa empresarial de la Coparmex para aumentar el salario mínimo a 89 pesos. Lo cual será insuficiente.

Al Norte del Río Bravo, también el capitalismo ha generado una enorme desigualdad, la desaparición de la clase media y un desempleo masivo de millones de hombres y mujeres que manipulados por los medios desinformativos y la demagogia votaron por  su enemigo de clase, un charlatán que,  como en su tiempo hicieron Adolf  HItler en Alemania y Benito Mussolini  en Italia,  llegaron al poder para reorganizar el capitalismo y darle una salida a la crisis económica a través del recurso de la guerra imperialista.


















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