45 MESES DE FRACASOS Y REPRESION
Tomás
Oropeza B.
A
cuatro años del fallido gobierno de Enrique Peña Nieto el país
atraviesa un verdadero desastre económico, social y político.
Devaluación
del peso ante el dólar que
ya rebasó los 20 pesos. En breve,
aumentos en los precios de alimentos,
maquinaria, electrodomésticos, equipos de computación,
medicamentos, servicios, gasolina, gas y electricidad que México le
compra a Estados Unidos, provocará una inflación incontrolable y la
pulverización del poder adquisitivo de los magros salarios de
los trabajadores
y mayor penuria en el enorme sector de
los precarizados y desempleados.
El
crecimiento de la deuda pública con la banca internacional que a
finales de este año equivaldrá al 52 por ciento del PIB (según el
FMI) y el recorte al presupuesto de 2017 por 175 mil millones de
pesos, para pagar los intereses de esa deuda, que realmente es
impagable, provocará el despido de decenas de miles de burócratas
que prestan sus servicios en las secretarías de Salud, SEP y Sagarpa
y efectos en cadena en toda la economía mexicana por el crecimiento
del desempleo.
A
estas calamidades todavía habrá que agregar las consecuencias que
tendría un aumento en la tasa de interés de la Reserva Federal de
Estados Unidos, la continuación de la recesión en la economía
gringa, nuevas bajas en los precios del petróleo y una mayor
agresividad del gobierno norteamericano contra los millones de
mexicanos que trabajan al otro lado del Río Bravo (gane quien gane
la presidencia en noviembre).
Todo
esto que en buena medida es consecuencia de las decisiones tomadas
por el gobierno de Peña Nieto, para complacer a los capitalistas
mexicanos y extranjeros, siguiendo las directrices de los organismos
del capital financiero transnacional (FMI, BM, OCDE), provocará
mayor desempleo, pobreza, menores salarios, enfermedades, sufrimiento
e ignorancia para la mayoría que no provocamos esta crisis
agudizada, pero que la tendremos que pagar, a menos que nos
organicemos y demos la lucha para que los empresarios paguen los
platos que han roto.
Queda
claro que las reformas estructurales aprobadas por la despreciable
alianza del PRI, PAN, PRD y PV, en acatamiento a las órdenes de los
organismos mencionados, muy lejos de reactivar la economía nacional,
como se aseguraba, tienen por finalidad despojar al pueblo mexicano
de derechos y bienes colectivos (de la Nación) como el petróleo,
electricidad, minerales, educación, salud, agua, biodiversidad, etc.
para expandir intensivamente el funcionamiento del capitalismo,
proporcionándole nuevos nichos de explotación y posibilidades para
incrementar sus ganancias.
En
cuanto a la situación social y política, tenemos un país
crispado, donde las movilizaciones del magisterio organizado en la
CNTE demandando la abrogación de la mal llamada reforma educativa,
se ha replegado para reorganizar otra etapa de lucha. Los
trabajadores de la educación no se han rendido,
lograron con el paro realizado en varias entidades durante cuatro
meses, decenas de manifestaciones, bloqueos carreteros y de centros
comerciales, etc. evidenciar la cerrazón y nula capacidad política
del gobierno peñista para dialogar y resolver los problemas
educativos y sociales tomando en cuenta a los profesores, quienes
ampliaron el
apoyo popular para su lucha en contra de la reforma laboral que
intenta arrebatarles la estabilidad y privatizar la educación
pública para convertirla en un negocio en manos de los empresarios.
La
obsesión de Peña Nieto por derrotar a los profesores llegó al
extremo de reprimir el 19 de junio, con disparos y gases arrojados
desde helicópteros al pueblo de Noxichtlán, Oaxaca, donde la
Policía Federal se lanzó contra pobladores, niños y mujeres que
apoyaban a los maestros con un saldo de diez muertos y decenas de
heridos.
Y
muy relacionado con esto tenemos que a 2 años de la masacre cometida
la noche del 26 y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, contra
pobladores y estudiantes normalistas, así como la desaparición
forzada de 43 alumnos de la Normal rural de Ayotzinapa, las
investigaciones de la PGR no han avanzado un ápice, porque esa
institución se ha dedicado a encubrir a los autores intelectuales y
materiales de esos hechos que han sido calificados como un crimen de
Estado.
A
esto habrá que añadir que la violencia delincuencial y
gubernamental cobra víctimas todos los días. Y a los 28 mil
desaparecidos se van sumando más cada semana, igual que al de la
escalofriante cifra de 78 mil 109 ejecutados en los 45 meses del
gobierno de EPN reportadas por el semanario Z de Tijuana.
México
no debe seguir en manos de un presidente creado por Televisa y el
Grupo Atlacomulco. La marcha del pasado 15 de septiembre exigiendo su
renuncia, es una de tantas demostraciones de repudio popular contra
un gobierno que reiteradamente ha fracasado y llevado al país a una
crisis sin precedente que el gobierno agudizara con las medidas que
esta implementando.
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