martes, febrero 02, 2016


LA CRISIS CAPITALISTA Y LA LUCHA DE CLASES

Tomás Oropeza

La adversa situación económica que vive el país este inicio de 2016 es un momento del proceso de  recesión económica que está agudizando la crisis del capitalismo a escala mundial, que sin duda habrá de provocar una marejada mundial  de luchas sociales, contra el modo de producción capitalista, en búsqueda de un cambio de las relaciones sociales de producción.

Los motores que le imprimen dinamismo al sistema económico están semi paralizados. El crecimiento   de la economía China disminuyó  a 6.9% (en 2007 era de 14.2 %); la eurozona sigue estancada - Francia decretó recientemente un estado de emergencia económico-  y las repercusiones en los llamados países emergentes (Brasil, México, Venezuela, Argentina, Bolivia, Chile, etc.)  que no son otra cosa más que países dependientes y subdesarrollados, exportadores de materias primas y mano de obra barata se están sintiendo, generando una serie de crisis económicas, sociales y políticas a su interior.

En México la abrupta caída en el precio del barril de petróleo (83%)  (en junio del 2014 costaba 102.41 dólares  y en enero de 2016 se cotizaba en 18.90 dólares)  y  la ininterrumpida devaluación del peso frente al dólar (en 2012 costaba 12.60 pesos y a poco más de tres años del gobierno de EPN, subió hasta 18.30  pesos) han  desquiciado la economía y las perspectivas de mejorar las condiciones de vida de más de 54 millones de mexicanos que viven en la pobreza  están canceladas en el largo plazo. Y por el contrario,   esa cifra aumentará por la política económica neoliberal que no hace otra cosa sino agudizar las tendencias del capitalismo hacia la concentración de la riqueza y la pauperización absoluta de la población. Hace unos días se anunció que 10 mil trabajadores de PEMEX serán despedidos de esa empresa en declive, sumando a esa cifra 15 mil burócratas que también serán cesados.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) el año pasado la economía mundial creció tan sólo 2.4 % y para este año se pronostica un magro 2.9%.
En esta crisis económica global miles de trabajadores están perdiendo sus empleos,  los desempleados lo seguirán siendo durante muchos años más, y millones de hombres y mujeres están siendo lanzados a la miseria. Sin embargo, al mismo tiempo este proceso está acelerando la concentración y centralización de la riqueza en manos de un pequeñísimo grupo de archimillonarios.

Prueba de ello son los datos que proporcionó hace unas semanas Oxfam, una organización humanitaria, cuyo estudio  Gobernar para las élites, secuestro democrático y desigualdad económica,  reporta que casi la mitad de la riqueza mundial se halla concentrada en tan sólo el 1 % de la población poseedora de una riqueza equivalente a 110 billones de dólares.
A esta situación de injusticia inaceptable se ha llegado gracias al apoyo brindado por los Estados de los distintos países,  a los capitalistas “nacionales” y a las corporaciones multinacionales. Y la única manera de cambiar esta situación es mediante la lucha de clases. Lucha que tiene que organizarse, que no va a estallar espontáneamente, que debe ser preparada pacientemente por quienes estén dispuestos a luchar por un mundo sin explotadores.

Esa lucha jamás la van a organizar los partidos políticos de la izquierda domesticada, PRD,  PT, etc., porque ellos son parte del sistema. Le temen a la organización independiente de los trabajadores y campesinos. A estos los ven como simples votantes para sus elecciones fraudulentas. Como un rebaño sin voluntad propia y sin programa político de clase.

Por la traición de esa seudo izquierda el PRI y el PAN, han podido avanzar imponiendo casi todo el programa del capital: las reformas estructurales para despojar al pueblo mexicano y de ese modo acelerar la acumulación, mediante el despojo del petróleo, la tierra, los bosques, ríos, mares, los fondos para el retiro, el sistema educativo, de salud, el agua, etc. para entregarlos al capital.

Desde hace tres décadas el narco Estado mexicano ha recurrido a una verdadera guerra contra el pueblo. Con el falso combate a las drogas y la delincuencia organizada logró generar miedo, desapareciendo a más de 26 mil personas, asesinando y encarcelando a decenas de miles. Criminalizando a los sectores del pueblo que se oponen a su proyecto, como el magisterio y los estudiantes de las normales rurales.

La única manera de remontar esta situación es mediante la generación de una conciencia de clase, revolucionaria, anticapitalista.  Conciencia, organización y capacidad de lucha que sólo puede emanar de la lucha de clases, la reflexión y el estudio de las obras de Carlos Marx, Lenin, Ricardo Flores Magón, el Che Guevara, Mao, Trotsky y los más recientes avances del marxismo revolucionario.
No se parte de cero. En México hay mucha experiencia  en la lucha de todo tipo contra los explotadores. Analizar esas experiencias del pueblo mexicano, las causas de su derrota y de sus victorias, para  aprender y no seguir cometiendo los mismos errores.

Urge comenzar, defendiendo los bienes comunes de los mexicanos, luchando por aumentos salariales, organizar huelgas obreras, toma de tierras, creando autodefensas populares, generar discusión y lucha ideológica en los centros de estudio, en las fábricas, en las colonias, ejidos, etc.
Apoyando la prensa obrera y popular, o creando publicaciones que denuncien las injusticias que a diario se cometen contra el pueblo, convocando a la organización desde abajo, independiente del Estado, del gobierno y de los partidos políticos traidores.



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