martes, agosto 18, 2009


Las trampas de la Globalización



Dr. Fernando Talavera

Agosto de 2009

“La mundialización a través del mercado” es una utopía reaccionaria contra la cual debe desarrollarse, en la teoría y en la práctica, la alternativa de un proyecto humanista de mundialización que se inscriba en una perspectiva socialista. Samir Amin.(1)



La globalización o mundialización es un sinónimo de imperialismo el cual constituye, no una etapa, sino un carácter permanente del capitalismo. Con este concepto se trata de imponer un orden mundial, donde la posición de cada país en esa pirámide (con Estados Unidos a la cabeza) se mide por unos falsos supuestos teóricos llamados “leyes objetivas del mercado” con los cuales se “definen” la capacidad de los productos de cada país para competir en el mercado mundial.



Samir Amin sostiene que la “competividad” es el producto complejo de un conjunto de condiciones que operan en el conjunto de la realidad económica, política y social, y que, en ese combate desigual, los centros utilizan cinco monopolios que articulan sus acciones con eficacia. A través del ejercicio de los cinco monopolios los países centrales producen una polarización nueva que coloca en posición subalterna a la industria de las periferias dinámicas. Los cinco monopolios son:

1. El monopolio de las nuevas tecnologías. Se trata de un área que exige gastos gigantescos que sólo un Estado rico y poderoso puede sostener. Sin este apoyo, la mayoría de los monopolios no podrían sostenerse.

2. El control de los flujos financieros. La desregulación de las mayores instituciones financieras, que operan en el mercado financiero mundial, confirió a estos monopolios una eficacia sin precedentes. Amin advierte que en la fase anterior los ahorros de una nación sólo podían circular en el espacio nacional regido por sus instituciones financieras. En cambio en la actualidad, el ahorro de una nación está centralizado por la intervención de instituciones financieras cuyo campo de acción es el mundo entero. Pero la mundialización financiera es sumamente frágil y sólo engendra inestabilidad permanente… y crisis económicas como la que actualmente padecemos.

3. El monopolio al acceso a los recursos naturales del planeta. Amín destaca los peligros de la explotación indiscriminada de los recursos planetarios propia del capitalismo, que se basa en una racionalidad a corto plazo. Dicha racionalidad no puede superar los peligros que conlleva esa explotación imprudente e indiscriminada de los recursos naturales no renovables.

4. Los monopolios de los medios de comunicación. Uniformizan la cultura mundial pero, sobre todo, crean instrumentos de manipulación política. La expansión y monopolización de los modernos medios y grupos de comunicación constituyen uno de los mayores peligros para la práctica democrática en todo el mundo.

5. El control de las armas de destrucción masiva. Después de la caída de la URSS este monopolio se convirtió en el arma absoluta que se reserva la diplomacia de Estados Unidos.



En conjunto, estos cinco monopolios conforman nuevas formas de la ley del valor (mundializada), permitiendo la centralización, en beneficio del gran capital, de los superbeneficios provenientes de la explotación a escala mundial. Además posibilitan una explotación diferenciada, fundada en la segmentación del mercado de trabajo. Esta nueva etapa del desarrollo de la ley del valor mundializada, no permite la industrialización de las periferias dinámicas; lo que hace es fundar una nueva división internacional desigual del trabajo, en la que las actividades de producción localizadas en las periferias, ya subalternas, funcionan como subcontratistas del capital dominante.



Estos condicionamientos anulan los alcances de la industrialización en las periferias y devalúan el trabajo productivo incorporado en esas producciones, mientras que sobrevalúan, para beneficio de los centros, el supuesto valor agregado de las actividades mediante las cuales actúan los nuevos monopolios. Producen así una nueva jerarquía en la distribución del ingreso a escala mundial, más desigual que nunca, subordinan a las industrias de las periferias y las reducen al estatuto de las actividades de subcontratación (maquiladoras,”call centers”, franquicias y/o empresas privadas en sus diversas formas tales como las: filiales, “joint venture”, asociadas, dependientes, multigrupo, multinacionales, subsidiarias, vinculadas, etc.).

(1)Este artículo resume partes seleccionadas del libro: Roffinelli Gabriela (2004) Samir Amin y la mundialización del capital, Campo de ideas, Madrid

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