martes, julio 13, 2010
Caminata contra la muerte
Luis K’Fong
Camaradas, compañeras, compañeros, conciudadanos en general:
El fin de semana que acabamos de superar, 10 y 11 de junio de 2010, nada más en ciudad Juárez se cometieron 42 asesinatos. Como ninguno de las víctimas era candidato a la gubernatura de ningún estado, connotado abogado litigante con influencias, ni siquiera funcionario menor del consulado americano, se asumió la consabida fórmula: “en algo andaban”.
Hoy, lunes 12 van —hasta la hora de escribir estas líneas— 17 vidas arrebatadas con armas de fuego en las calles de las dos ciudades principales del estado. Tampoco tenemos la más mínima explicación oficial, oficiosa o popular de por qué, ni de cómo es que los agresores no fueron prendidos infraganti, pues lo que hicieron, lo perpetraron a la luz del día, en una ciudad erizada de armas y patrullas oficiales.
Las reacciones a estas jornadas que, según uno de los medios digitales más leídos, no tiene antecedente si no nos remontamos a enero del 2010 —días anteriores a los ajustes de aquel bendito foro “Todos somos Juárez”—, han sido mínimas, cuando no verdaderos lugares comunes de desconcierto absoluto ante lo que parece fatalidad y obra del destino, y no actos delictivos, antihumanos y bárbaros.
Tal pareciera que los chihuahuenses de todas las capas sociales, de todas las corrientes ideológicas, con religión o sin ella, con partido, anulistas, abstencionistas activos y abstencionistas pasivos, nos hubiéramos acostumbrado a ver la muerte, justificarla, cerrar los ojos y hacer como que no ocurre, porque no es a nosotros a quien ahora están llorando…
Ciertamente debe haber muchas y muchos que no se conforman. En la calle, en las reuniones, en las fiestas y en los velorios me lo dicen. Pero no salen, no hacen manifiesta su protesta y ese rencor, esa inconformidad, desgraciadamente hasta ahora es estéril.
Pues bien, yo quiero ser la excepción.
Y también quiero que haya muchas excepciones como yo, tantas que pronto seamos la regla.
Ya lo hemos intentando: desde el 2008 que comenzó el horror, hemos salido a la calle con dos consignas que todavía enarbolamos: “Chihuahua no es cuartel, fuera ejército de él” y la más general “No Keremos esta Guerra”. Jóvenes heroicos, como los de la Liga Socialista Revolucionaria, maestras ejemplares como las de Doble Resistencia y nosotros, activistas comprometidos que militamos en La gota, construimos la Triple Alianza y con ella hemos sostenido en la calle Libertad brigadas casi semanales, apoyo incondicional a quienes han confluido con nosotros como la histórica resistencia por el alza al precio del transporte público, la lucha de los exburócratas del estado que todavía se está dando en las calles del centro, apoyo al Sme, Cananea o a los niños asesinados en Hermosillo y, recientemente, nuestra campaña que llamó a anular las boletas electorales en protesta por la violencia y muerte que continúa, no obstante promesas, baladronadas y balbuceos de gobernantes y candidatos.
Y aunque la gente nos ha respondido manifestándonos su simpatía y apoyo, especialmente en forma de 32 mil votos nulos aproximadamente, la verdad es que pocos se nos han sumado desde aquellos primeros meses del oscuro 2008 en que comenzaron las matanzas.
Tal vez ello se deba a que muchos crean que no se puede o no se debe salir a la calle, por el peligro, porque no tiene confianza en que acciones así puedan mover a los poderosos y obligarlos a actuar en consecuencia y entonces se forma un círculo vicioso, calculan que no vale salir, no salen, y le quitan valor a la salida, a la marcha y la manifestación plebeya…
¿Cómo romperlo?
No vemos otra forma que por la vía de los hechos. Seguir con nuestra campaña, llamar e invitar, pero sobre todo, demostrar que estamos dispuestos a cualquier sacrificio con tal de conseguir que la gente, la afectada, la solidaria con quienes han sido asesinados y sus parientes despierte.
Por eso ahora hemos decidido iniciar lo que hemos denominado
Caminata contra la muerte
Personalmente, tengo muchas limitaciones. Entre otras, una secuela de poliomelitis que me impide caminar “normalmente”, por lo que uso muletas y aparato ortopédico en una de mis piernas.
No puedo iniciar una huelga de hambre, por ejemplo, porque ahora soy diabético y otras acciones también me están vedadas.
De tal manera que quiero aportar una acción de las que más se me dificultan:
Cada jueves a las 18:30 horas, sean las condiciones que sean, caminaré desde mi vivienda, llegaré al crucero de las calles Salvador Novo e Izalco, en el Infonavit el Saucito y continuaré por la segunda de las avenidas hacia el oeste, hasta llegar al denominado “crucero de la muerte” en las calles Izalco y Francisco Villa.
Ahí donde asesinaron al primero de la ya inmensa serie. Donde ejecutaron a la pareja de tránsitos minusválidos, donde cayeron escoltas de la esposa de altos funcionarios, tal vez engañados de que iban a proponerles acciones extraoficiales.
Luego, simplemente me regresaré caminando hasta la casa.
Esto lo he comentado con mi compañera Rocío Martínez y me ha dado su apoyo. Junto a mí, caminará también portando nuestra camiseta color vino que con letras amarillas grita: “No Keremos esta Guerra”. Miembros de la Lsr y de Dr también han dicho que irán, aunque sea en algunas ocasiones.
Como vamos a invitar a todo el que podamos y a argumentarle que peor es quedarse en casa, porque así van a interpretar los poderosos que aprueba las matanzas, de llegar a reunir simpatizantes suficientes, haremos otros actos de protesta en el trayecto o a la llegada y en la hora acordada.
Pero independientemente de que nos respondan o no, Yo haré esa caminata semanal hasta que se detengan los tiros o bien no me queden fuerzas suficientes por el desgaste físico que ello significa. La única alteración que haré es que, llegado el invierno, comenzaré más temprano el recorrido.
Gracias por atender este aviso y espero que tú también decidas salirle, sólo nosotros podemos parar las masacres.
Chihuahua, 12 de julio de 2010.
No Keremos esta Guerra
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