A DEFENDER LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y LA NACIÓN
Tomás Oropeza Berumen
En
un contexto de agravamiento de la pobreza y el desempleo, que sin
duda se agudizará por los recortes al gasto público realizados por
la Secretaría de Hacienda (el más reciente por 31 mil 715 millones
de pesos, de los cuales el 50% afectará los renglones de educación
y salud) con el pretexto del Brexit, el “gobierno” de EPN ha
comenzado a hacer agua por todos lados y a ser visto por propios y
extraños como lo que siempre ha sido: un enemigo del pueblo.
El
equipo de juniors egresados del ITAM, Ibero y la Universidad
Panamericana -donde le regalaron el título a Peña Nieto- en
su afán por aplicar al pie de la letra el recetario neoliberal,
fanatismo que comparten con sus predecesores de lamentable memoria,
están destruyendo el país, del que actualmente la tercera
parte del territorio está concesionado a empresas mineras
canadienses, chinas, gringas y australianas. El petróleo ahora será
para las mismas compañías que lo explotaban antes de la
expropiación petrolera. Y como si esto fuera poco, por iniciativa
presidencial recientemente se aprobó la creación de cuatro zonas
económicas especiales, dizque para desarrollar el sureste del país,
cuando en realidad se trata de entregar esas regiones del territorio
nacional a las empresas transnacionales para que exploten con mayores
ventajas la población y los recursos naturales, y obtengan mayores
ganancias.
En
este escenario la lucha en defensa de la educación pública que
desde hace tres años libra la Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación ha ido ganando simpatizantes en amplios sectores
empobrecidos y explotados por la rapiña capitalista y el gobierno
del Pacto por México (PRI, PAN y PRD).
Hoy
los profesores de educación básica, han logrado con sus argumentos
verdaderos y la pedagogía de las asambleas, volantes, grandes
movilizaciones pacíficas y bloqueos de carreteras, convencer a
miles de padres de familia, pueblos indígenas, sindicatos y
organizaciones populares, de que la mal llamada reforma educativa,
convertida en ley a espaldas del pueblo por un poder legislativo
espúreo es una reforma laboral para quitarles sus derechos y
privatizar la educación pública. Y destruir la Nación mexicana.
Gracias
a la lucha la CNTE ha logrado ser considerada interlocutor ante la
secretaría de Gobernación donde se está buscando por parte de los
profesores sentar las bases para llevar a cabo un verdadero diálogo,
a pesar de la poca disposición de su debilitado titular
Miguel Ángel Osorio Chong, cuya renuncia exigieron el domingo
26 miles de manifestantes de MORENA, al ser responsable de la matanza
de Nochixtán. En tanto que el titular de la SEP, Aurelio Nuño,
repite en todos los foros donde se presenta que su reforma avanza y
se profundizará, para granjearse los aplausos de
Empresarios Primero, quienes ansían apropiarse del bien
público que es el derecho a la educación y volverlo un servicio,
una mercancía sujeta a la ley de la oferta y la demanda.
Urge
un dialogo verdadero, que resuelva ya las demandas del movimiento
magisterial y popular: Abrogación de la mal llamada reforma
educativa; libertad de los profesores presos políticos;
reinstalación de los docentes despedidos; castigo a los responsables
de la matanza de Nochixtlán, Oaxaca; presentación de los 43, etc.
Para
eso el gobierno de Peña Nieto necesita entender que el horno no está
para bollos. Su política económica y social ha sido un catastrófico
fracaso que tiene al país al borde de un estallido social. Sería
muy peligroso que se siguiera la política de mandar a la CNTE de la
ventanilla de Gobernación a las de la SEP, Cámaras de Diputados,
Senadores, Suprema Corte de la Nación, etc., tratando de desgastar
el movimiento. A estas alturas eso no servirá para desactivar un
movimiento que día a día recibe apoyo y está despertando al
magisterio y sectores populares hasta en entidades como Tamaulípas,
Chihuahua, Guanajuato, Sinaloa, controladas por el crimen organizado
y el gobierno.
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